lunes, 9 de abril de 2007

LA REVOLUCION INDUSTRIAL

Concepto de revolucion industrial


La Revolución Industrial fue una serie de cambios económicos y sociales, fue una profunda transformación del estilo de trabajo y de la forma de pensar que trajo como consecuencia en cambio en la estructura de la sociedad, acarreó grandes consecuencias. Comenzó en Inglaterra en el siglo XVIII, luego se extendió hacia otros países, como Francia, Alemania, Estados Unidos, Bélgica, y con mayor retraso, Rusia y España.
Se inició esta revolución con la invención y la aplicación de la máquina a vapor y otros inventos, propagaron las fábricas y talleres, provocaron la migración masiva del campo a las ciudades, crearon nuevos sistemas de transporte, fomentaron las ciencias aplicadas y promovieron las especialización productiva.
Se destacan dos grandes períodos en el desarrollo de esta Revolución: el primero, que será el más desarrollado en esta ocasión, va desde el año 1780 y se extiende hasta fines de siglo XIX. La principal característica de este período fue la utilización del carbón y del hierro como base del trabajo y las producciones.
El segundo período se extiende desde las últimas décadas del siglo XIX hasta los días actuales. Se destaca este último período por el uso del petróleo, la electricidad y el acero, que favorecieron tanto los medios de producción como los de comunicación.
El rasgo más fácil de comprender y él más notable de la historia, es la transformación y el prodigioso desarrollo de la industria y el comercio, y por consiguiente, la transformación total de las condiciones materiales de la vida.



La Revolución Industrial o también llamada Industrialización; consiste en una transformación profunda, la más radical desde el período neolítico, de los sistemas de trabajo y de la estructura de la sociedad. Sucede en la segunda mitad del siglo XVIII, en Inglaterra, y se difunde después a otras naciones europeas.
Se pasa del viejo mundo rural al de las ciudades tentaculares, del trabajo manual a la máquina, del taller a la fábrica. Los campesinos abandonan los campos y se trasladan a trabajar a las ciudades, el artesanado desaparece casi por completo; surge una clase de profesionales, promotores, ingenieros; en las concentraciones industriales aparece el proletariado, masa de braceros que trabajan con máquinas que no son suyas. Todo se transforma: trabajo, mentalidades, grupos sociales. No es un proceso súbito, como el de una revolución política, sino un proceso duradero; tampoco es, simplemente, un proceso de industrialización, ya que se producen cambios duraderos en la agricultura y en la sociedad. Se trata de un conjunto complejo de fenómenos. Esta revolución es la base del mundo contemporáneo; cualquier acontecimiento importante ocurrido en el mundo desde mediados del siglo XVIII está relacionado, en forma más o menos directa, con esta transformación.
Algunos de los rasgos que se han considerado definitorios de la revolución industrial se encuentran también en períodos anteriores, así ocurre con el montaje de factorías o el uso de fuerza motriz en la fabricación. Desde la revolución industrial se produce un cambio cuantitativo: del taller con varios operarios se pasa a la gran fábrica con centenares de obreros, del villorrio de varias docenas de vecinos a la metrópoli de centenares de miles de habitantes. Pero los cambios definidores parecen ser cualitativos. La esencia de la sociedad industrial es que evoluciona de modo continuo; cada cambio suscita la necesidad de otro, es un proceso dinámico.
Si bien la revolución industrial acarreó problemas como el empobrecimiento de los obreros y la acumulación de beneficios de los empresarios, estudios realizados por diversos historiadores llegaron a dos tipos de interpretaciones de lo sucedido por causa de la revolución industrial, la primer conclusión fue que subió el nivel de vida y los obreros no fueron perjudicados, inclusive algunos mejoraron su condición. La segunda corriente sostiene que las condiciones de trabajo y la vida obrera fueron deterioradas.

FACTORES DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
¿Por qué en Gran Bretaña? ¿Por qué a mediados del siglo XVIII?
Factores políticos
Factores sociales y económicos
Factores geográficos
Test
La denominada Revolución Industrial tuvo su origen en Gran Bretaña desde mediados del siglo XVIII. Uno de los aspectos más discutidos del estudio de este proceso radica en la explicación de por qué tuvo lugar primero en Gran Bretaña y no en otros países. Se trata por tanto de pasar revista de una forma sucinta a los principales rasgos de este país en los momentos del "despegue" del proceso industrializador. A continuación se exponen de manera esquemática algunos de los factores que explican este hecho, procurando establecer comparaciones con la situación de otros países del entorno europeo que no comenzarán su industrialización hasta bien entrado el siglo XIX. (Texto)

Factores políticos
Un régimen político estable, la monarquía liberal, que desde el siglo XVII es el sistema político imperante (mientras en otros países de Europa se refuerza la monarquía absoluta), y que se mantiene libre de las revoluciones que aquejan a otros países europeos.
Las numerosas guerras en las que se vio envuelto el Reino Unido durante los siglos XVIII y XIX no provocaron daños en territorio británico. La insularidad actuó en este sentido como una barrera de protección a la que se unía el desarrollo de una poderosa flota de guerra que mantendrá su hegemonía mundial durante los siglos XVIII y XIX.
La existencia de una moneda estable y un sistema bancario organizado: el Banco de Inglaterra fue creado ya en 1694. Estas condiciones no se darán en otros países europeos hasta finales del siglo XVIII.
Factores sociales y económicos
Abundancia de capitales, procedentes, en parte, del dominio comercial británico, pues desde el siglo XVII la marina mercante británica en dura competencia con los holandeses se ha hecho con el control de buena parte de los intercambios comerciales de otros continentes con Europa. El comercio de productos como el te o el tabaco, y el tráfico de esclavos, había permitido la creación de enormes fortunas, en manos de comerciantes y banqueros. Este comercio colonial proporcionaba a Gran Bretaña materias primas y mercados donde vender sus productos manufacturados.
Incremento sostenido de la capacidad para producir alimentos por parte de la agricultura británica que está conociendo un importante desarrollo, la denominada revolución agraria, desde la aprobación de leyes que permiten el cercamiento de las propiedades.
Existencia de una abundante mano de obra. La población británica crece a gran ritmo a causa fundamentalmente de los cambios en la agricultura: el suministro constante y creciente de alimentos va terminando con las crisis demográficas. Parte de esa población en crecimiento emigrará a las ciudades y formará la masa de los trabajadores industriales.
La mayor libertad económica a causa de la debilidad relativa con respecto a otros países de organismos como los gremios que suponían un freno a cualquier innovación en las actividades industriales. No es casual que fuese un británico, el escocés Adam Smith, autor de La Riqueza de las Naciones, quien hiciese la más destacada e influyente defensa de la libertad económica: para Adam Smith la mejor forma de emplear el capital para crear riqueza es aquella en la cual la intervención de los gobiernos es lo más reducida posible. La mano invisible del mercado asigna siempre de la forma más eficiente los recursos económicos de un país. (Texto)
Abundancia de emprendedores entre los comerciantes y los grandes propietarios de tierra.
Una aristocracia que permite y premia las innovaciones y la creación de riqueza, en contraste con la nobleza de otros países, más tradicional, apegada a la tierra y que desprecia cualquier forma de trabajo productivo.
Menor peso de los impuestos al comercio en el mercado interno: en Gran Bretaña el peso de los impuestos interiores era muy reducido comparado con otros países europeos donde era muy común encontrarse aduanas interiores cada pocos kilómetros lo que convertía al comercio en una actividad poco productiva. Puede decirse que en Gran Bretaña existía ya un mercado nacional que en otros países sólo existirá cuando se eliminen las aduanas interiores y se cree una importante red de ferrocarriles.
Factores geográficos
Abundancia de hierro y, sobre todo, de carbón. El hierro se encontraba en los Montes Peninos, mientras que el carbón abundaba tanto en Inglaterra como en Gales y Escocia. De hecho, después de tres siglos de explotación, Gran Bretaña sigue teniendo enormes reservas de carbón. En las proximidades de las minas de carbón se concentrará gran parte del potencial industrial británico en especial con el nacimiento de una fuerte industria siderúrgica básica para proporcionar metales baratos para la construcción de máquinas, ferrocarriles, infraestructuras... Fácil y constante suministro de agua como fuente de energía, pues el clima, lluvioso, superando de promedio los 1.000 mm anuales y sin estación seca, proporciona corrientes de agua numerosas y constantes. La energía hidráulica desempeñará un importante papel en los años previos a la difusión de la máquina de vapor.
El factor “insular”: abundancia de puertos que facilitan el comercio nacional e internacional. Este factor unido a la existencia de muchos ríos navegables (y canales que se construirán) favoreció la creación muy temprana de un mercado nacional con las ventajas que supone contar con un mercado de gran tamaño a la hora de acometer inversiones.
Comprueba tus conocimientos con un test y con un ejercicio de relación de ideas.

No hay comentarios: