sábado, 14 de abril de 2007

La revolución industrial III Consecuencias

LOS CAMBIOS SOCIALES

El crecimiento demográfico
Las condiciones de vida de los obreros
Protestas obreras
Test

EL CRECIMIENTO DEMOGRÁFICO.
Aunque la industrialización va a producir enormes transformaciones en la sociedad británica como el crecimiento de la llamada clase burguesa, o el éxodo rural producto de la revolución agraria, sin embargo quizá los dos fenómenos sociales más dignos de estudio sean el espectacular crecimiento demográfico y el nacimiento de una nueva y masiva clase trabajadora formada por los obreros de las nuevas industrias.
La industrialización va a provocar un crecimiento de la población sin precedentes en la historia de la humanidad conocido como la Revolución Demográfica. Los cambios en la industria, la agricultura y los transportes produjeron un aumento espectacular de la riqueza (que se traduce fundamentalmente en una mejor alimentación) que se reflejó en un crecimiento notable de la población que servirá para multiplicar los habitantes de Europa en muy pocos años e incluso para poblar con emigrantes otros continentes.
La disminución de algunas de las más temibles epidemias que habían azotado Europa durante siglos, ciertas mejoras sanitarias e higiénicas ( como el descubrimiento de la primera vacuna por el doctor Edward Jenner en 1796 que protegía contra la viruela) y, sobre todo, una mejor alimentación con el fin de las crisis de subsistencia, están entre las causas de ese crecimiento demográfico. Este aumento de la población fuerte y sostenido explica el enorme crecimiento de las ciudades británicas a lo largo de los siglos XVIII y XIX.
LAS CONDICIONES DE VIDA DE LOS OBREROS
Precisamente en algunas de estas ciudades el crecimiento rápido, desordenado y sin criterios surgirán enormes suburbios superpoblados, sucios y conflictivos donde las epidemias de tifus o cólera se convierten en algo habitual. Estos suburbios surgían muchas veces en torno a una fábrica: estaban formados por los barracones donde vivían los operarios de esa fábrica.
Sin entrar en el conocido debate de si la industrialización mejoró o empeoró las condiciones de vida de los trabajadores, si que puede intentarse describir las situación en la que vivían estos obreros, que puede calificarse en general como muy mala, así como sus condiciones laborales habría que describirlas como espantosas: fábricas sucias, húmedas, oscuras, poco ventiladas y ruidosas (Texto) (condiciones causadas por la presencia en ellas de las máquinas de vapor y por la nula preocupación de los patrones por las condiciones laborales de sus empleados). En estas fábricas poco sanas y peligrosas era habitual que sus obreros pasasen de doce a catorce horas diarias, trabajándose incluso sábados en jornada completa, y domingos hasta mediodía. La concentración de obreros en las fábricas es la que hace posible que estos trabajadores tomen conciencia de su situación y vean que mediante acciones colectivas podrían tratar de mejorar sus condiciones de vida. El factory system se encuentra por tanto en el origen del movimiento obrero.
La industrialización impulsó también el trabajo de mujeres y niños de muy corta edad, pues si antes en muchos oficios la fuerza del trabajador era un factor clave, ahora la fuerza la realizan las máquinas. Los empresarios fomentaron el trabajo infantil y femenino porque mujeres y niños recibían salarios dos y tres veces inferiores a los de los hombres. Los niños fueron empleados en la industria textil, en las minas, (Texto) en la industria siderúrgica: durante el siglo XVIII no hubo normas que regulasen el empleo infantil. Para hacerse una idea de las dimensiones alcanzadas por esta explotación basta con citar la existencia de una ley del parlamente británico que en 1833 (The Factory Act, 1833) dejaba la jornada laboral de los niños de nueve a trece años en "sólo" nueve horas diarias, y de trece a dieciocho años el trabajo estaba fijado en diez horas y media (la jornada duraba para ellos doce horas, pero con hora y media reservada para las comidas). Todavía en 1.891, una ley que pretendía luchar contra abusos en la explotación infantil se limitó a elevar la edad mínima de trabajo de los diez a los once años.
De hecho, apenas se detectan preocupaciones sociales durante la segunda mitad del siglo XVIII pues estas condiciones se aceptan como normales. Ya en el siglo XIX investigaciones parlamentarias, protestas sindicales o conocidos relatos como los de Dickens en Tiempos Difíciles, pusieron de manifiesto la dureza de la vida de los obreros industriales.
PROTESTAS OBRERAS.
Aunque desde los inicios de la industrialización se registra una notable oposición de los obreros artesanos a la introducción de máquinas, (Texto) las primeras formas de protesta obrera se detectan en Gran Bretaña en la segunda década del siglo XIX cuando surge el conocido Movimiento Ludita (o Ludismo), nombre que deriva de un personaje real o inventado, un obrero, Ned Ludd, cabecilla de este movimiento de protesta que se canalizaba hacia la destrucción de la maquinaria, y que pronto se extenderá por varios condados de Inglaterra donde la industria textil se había convertido en la principal manufactura. Las Guerras Napoleónicas de años posteriores hicieron saltar en varias ocasiones nuevas protestas luditas.
El llamado Movimiento Cartista supone una versión más organizada del Movimiento Obrero y que se desarrolla entre 1837 y mediados del siglo XIX. Debe su nombre a la denominada Carta del Pueblo, documento que llegó a conseguir la firma de cientos de miles de obreros y que era una petición elevada al Parlamento en la que se pedía el Sufragio Universal, el voto secreto, la igualdad en el valor de los votos... En definitiva, revelaba el deseo de democratización del sistema político británico: el movimiento obrero desea participar en el juego político y desde ahí mediante la presentación de leyes en el Parlamento, mejorar las condiciones de vidas de los obreros industriales. Desde mediados de siglo el movimiento irá perdiendo fuerza progresivamente, aunque paradójicamente, en años posteriores, el Parlamento Británico adoptará la mayor parte de las peticiones recogidas en la Carta del Pueblo.
Hay que recordar que la legislación británica (leyes aprobadas en 1.799 y 1800) prohibía de una forma terminante la formación de asociaciones obreras, pues se consideraba que estas asociaciones chocaban con el espíritu del liberalismo económico: debía ser el mercado quien fijase los salarios y no la presión de los sindicatos.
Pero a pesar de estos obstáculos legales surgieron diversas formas de asociacionismo obrero sostenidas por las cuotas que pagaban los trabajadores y que pretendían, ante todo, ofrecer protección para los asociados en caso de accidente o enfermedad. A partir de 1.824 las leyes británicas autorizan el asociacionismo obrero que darán origen a lo que podemos considerar los primeros sindicatos de obreros, las llamadas Trade Unions en las que, en principio se unían los trabajadores con un mismo oficio en una localidad. En los años treinta esas asociaciones profesionales y locales se irán uniendo entre sí hasta formar enormes asociaciones que a mediados de siglo agrupaban a cientos de miles de obreros británicos de todos los oficios. La huelga, la negociación colectiva pacífica y, cuando lo permitan las leyes electorales, la participación en política, serán los instrumentos de los que se valdrá el sindicalismo británico para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores.
Este temprano desarrollo del sindicalismo en Gran Bretaña es el causante probablemente del escaso éxito que tendrán las nuevas ideologías obreras revolucionarias (el marxismo y el anarquismo) que están naciendo a mediados del siglo XIX. Cuando Marx (líder del socialismo) y Bakunin (líder anarquista) funden la Asociación Internacional de Trabajadores (A.I.T.) en Londres, ésta tendrá un éxito importante en países como Francia y Alemania, mientras que en Gran Bretaña (país donde se fundó) nunca pudo competir con las Trade Unions.


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La Revolucion Industrial II La Revolucion agrícola

LA REVOLUCIÓN AGRÍCOLA

Aparición de nueva maquinaria
Surgimiento de una agricultura científica
El cerramiento de las propiedades
Las mejoras en la ganadería. Cría selectiva
Test
Se entiende por revolución agrícola una serie de importantes cambios sucedidos durante el siglo XVIII en los campos de Gran Bretaña.(Texto) A comienzos de este siglo la agricultura británica seguía siendo en lo esencial muy tradicional: el utillaje (arados de madera, hoces, azadas), el escaso uso de fertilizantes o la práctica del barbecho formaban parte de las prácticas agrarias desde hacía siglos.
Sin embargo, a lo largo del siglo XVIII se generalizarán importantes innovaciones:
Aparición de nueva maquinaria
La máquina sembradora del inglés Jethro Tull, auténtico pionero de la agricultura científica y que diseñó esta sembradora en los primeros años del siglo XVIII. Esta nueva sembradora posibilita sembrar rápidamente y colocando la simiente fácilmente en filas que hacen más simples otras tareas agrícolas. Además la semilla se ubicaba a una cierta profundidad que la alejaba del peligro que suponían los pájaros y el viento para la siembra.
El arado de hierro que posibilita un laboreo más profundo y efectivo. El nacimiento de una potente industria siderúrgica que proporcione hierro barato y abundante será básico para la mejora del utillaje agrario, que apenas había conocido cambios desde tiempos de los romanos. La utilización de caballos en lugar de bueyes acelerará los trabajos agrarios.
Las primeras segadoras y trilladoras, que permiten mejorar la productividad de los trabajadores agrícolas. Las importantes mejoras en la producción de hierro y acero los irán convirtiendo en materiales asequibles para la fabricación de maquinaria agrícola cada vez más compleja. Al principio utilizarán tracción animal (como puede apreciarse en estas segadoras tiradas por caballos) pero luego surgirán trilladores movidas con la máquina de vapor, e incluso en los años finales del siglo XIX se fabricarán tractores que movidos por vapor pueden ser considerados los antecedentes de los tractores con motor de explosión que revolucionarán la agricultura del siglo XX. Las nuevas máquinas además de incrementar la productividad y por tanto abaratar el coste de los alimentos, tendrán como efecto "liberar" mano de obra que podrá ser empleada en la industria.


Surgimiento de una agricultura científica
Ensayos exitosos con nuevas rotaciones de cultivos que permitirán eliminar el barbecho y disponer de importantes cantidades de materia vegetal para el engorde del ganado. Pioneros como Lord Townshend introdujeron la rotación cuatrienal: trigo, nabos, cebada, trébol.
La selección de nuevas especies de plantas que harán crecer enormemente los rendimientos agrarios.
Aumenta el uso de fertilizantes. En primer lugar porque aumentó la disposición de abono orgánico (estiércol), que venía utilizándose tradicionalmente, a causa del incremento de la ganadería. En segundo lugar porque se inicia la utilización de fertilizantes artificiales.
El cerramiento de las propiedades
En Gran Bretaña hasta el siglo XVIII dominaba el sistema agrario llamado de campos abiertos: recogida la cosecha se hacía un aprovechamiento comunal de los pastos. Desde mediados del siglo XVII se advierte un movimiento por el que muchos propietarios cercan sus tierras y con ello adquieren un mayor control sobre los cultivos. (Texto) Los cercamientos harán posible las inversiones y las innovaciones: hasta ese momento el sistema de campos abiertos obligaba a todos los cultivadores a seguir los ritmos de la tradición (sembrar y recolectar los mismos cultivos en las mismas fechas). Los cerramientos tenderán también a concentrar las propiedades (que generarán importantes tensiones sociales) en pocas manos: surgen grandes explotaciones agrarias trabajadas por campesinos asalariados. Hacia 1870 cerca de la mitad de las tierras británicas estaban en manos de unas 2.500 personas.

Los pequeños granjeros sin capital para cercar sus tierras en muchos casos vendieron y hubieron de transformarse en arrendatarios, jornaleros o emigrar a las ciudades. La mano de obra rural comienza con ello su declive mientras crece la mano de obra industrial. Con los cercamientos terminan también algunos rasgos medievales del campesinado y así desaparece una estructura socioeconómica basada en las obligaciones mutuas para ser sustituida por otra, capitalista, con el dinero y el pago en metálico como base. En resumen puede decirse que los cerramientos contribuyeron a hacer posibles y más sencillas las mejoras agrarias y que con ello la agricultura se hizo más eficiente y productiva para alimentar a una creciente población urbana.
Las mejoras en la ganadera. Cría selectiva.
La cabaña ganadera británica no sólo creció con el incremento de vegetales (alfalfa, trébol) resultado de las rotaciones de cultivos que eliminan el barbecho, sino que también mejoró con la generalización de la cría selectiva a que se lanzarán diversos propietarios, una ganadería "científica" que pretende la mejora de tamaño y salud de las razas ganaderas tradicionales. Si durante cientos de años los ganaderos habían mezclado animales con la esperanza de mejorar la calidad de los animales, ahora se hace esto mismo, pero de una forma más detallada y precisa, destacando el trabajo de pioneros como Bakewell quien no sólo seleccionaba con gran rigor los ejemplares, sino que guardaba cuidadosamente cartas genealógicas de sus animales. Estos conocimientos fueron difundidos por medio de libros o de boletines: ya desde los años finales del siglo XVIII circulan boletines agrarios que obtienen una gran difusión. De esta manera si hasta entonces las ovejas sólo eran valoradas por su lana y el ganado bovino por su fuerza de trabajo, ahora el interés se centra en crear razas productoras de carne. Entre 1700 y 1800 algunas razas de animales llegaron a multiplicar por tres su peso promedio. Algunas de las nuevas variedades surgidas, como las vacas Hereford se difundirán por medio mundo. La carne, hasta entonces un alimento sólo al alcance de los más ricos, se convertirá en un producto de consumo cotidiano para amplias capas de población, contribuyendo con ello a importantes mejoras en la alimentación que están detrás de la llamada Revolución Demográfica.

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lunes, 9 de abril de 2007

LA REVOLUCION INDUSTRIAL

Concepto de revolucion industrial


La Revolución Industrial fue una serie de cambios económicos y sociales, fue una profunda transformación del estilo de trabajo y de la forma de pensar que trajo como consecuencia en cambio en la estructura de la sociedad, acarreó grandes consecuencias. Comenzó en Inglaterra en el siglo XVIII, luego se extendió hacia otros países, como Francia, Alemania, Estados Unidos, Bélgica, y con mayor retraso, Rusia y España.
Se inició esta revolución con la invención y la aplicación de la máquina a vapor y otros inventos, propagaron las fábricas y talleres, provocaron la migración masiva del campo a las ciudades, crearon nuevos sistemas de transporte, fomentaron las ciencias aplicadas y promovieron las especialización productiva.
Se destacan dos grandes períodos en el desarrollo de esta Revolución: el primero, que será el más desarrollado en esta ocasión, va desde el año 1780 y se extiende hasta fines de siglo XIX. La principal característica de este período fue la utilización del carbón y del hierro como base del trabajo y las producciones.
El segundo período se extiende desde las últimas décadas del siglo XIX hasta los días actuales. Se destaca este último período por el uso del petróleo, la electricidad y el acero, que favorecieron tanto los medios de producción como los de comunicación.
El rasgo más fácil de comprender y él más notable de la historia, es la transformación y el prodigioso desarrollo de la industria y el comercio, y por consiguiente, la transformación total de las condiciones materiales de la vida.



La Revolución Industrial o también llamada Industrialización; consiste en una transformación profunda, la más radical desde el período neolítico, de los sistemas de trabajo y de la estructura de la sociedad. Sucede en la segunda mitad del siglo XVIII, en Inglaterra, y se difunde después a otras naciones europeas.
Se pasa del viejo mundo rural al de las ciudades tentaculares, del trabajo manual a la máquina, del taller a la fábrica. Los campesinos abandonan los campos y se trasladan a trabajar a las ciudades, el artesanado desaparece casi por completo; surge una clase de profesionales, promotores, ingenieros; en las concentraciones industriales aparece el proletariado, masa de braceros que trabajan con máquinas que no son suyas. Todo se transforma: trabajo, mentalidades, grupos sociales. No es un proceso súbito, como el de una revolución política, sino un proceso duradero; tampoco es, simplemente, un proceso de industrialización, ya que se producen cambios duraderos en la agricultura y en la sociedad. Se trata de un conjunto complejo de fenómenos. Esta revolución es la base del mundo contemporáneo; cualquier acontecimiento importante ocurrido en el mundo desde mediados del siglo XVIII está relacionado, en forma más o menos directa, con esta transformación.
Algunos de los rasgos que se han considerado definitorios de la revolución industrial se encuentran también en períodos anteriores, así ocurre con el montaje de factorías o el uso de fuerza motriz en la fabricación. Desde la revolución industrial se produce un cambio cuantitativo: del taller con varios operarios se pasa a la gran fábrica con centenares de obreros, del villorrio de varias docenas de vecinos a la metrópoli de centenares de miles de habitantes. Pero los cambios definidores parecen ser cualitativos. La esencia de la sociedad industrial es que evoluciona de modo continuo; cada cambio suscita la necesidad de otro, es un proceso dinámico.
Si bien la revolución industrial acarreó problemas como el empobrecimiento de los obreros y la acumulación de beneficios de los empresarios, estudios realizados por diversos historiadores llegaron a dos tipos de interpretaciones de lo sucedido por causa de la revolución industrial, la primer conclusión fue que subió el nivel de vida y los obreros no fueron perjudicados, inclusive algunos mejoraron su condición. La segunda corriente sostiene que las condiciones de trabajo y la vida obrera fueron deterioradas.

FACTORES DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
¿Por qué en Gran Bretaña? ¿Por qué a mediados del siglo XVIII?
Factores políticos
Factores sociales y económicos
Factores geográficos
Test
La denominada Revolución Industrial tuvo su origen en Gran Bretaña desde mediados del siglo XVIII. Uno de los aspectos más discutidos del estudio de este proceso radica en la explicación de por qué tuvo lugar primero en Gran Bretaña y no en otros países. Se trata por tanto de pasar revista de una forma sucinta a los principales rasgos de este país en los momentos del "despegue" del proceso industrializador. A continuación se exponen de manera esquemática algunos de los factores que explican este hecho, procurando establecer comparaciones con la situación de otros países del entorno europeo que no comenzarán su industrialización hasta bien entrado el siglo XIX. (Texto)

Factores políticos
Un régimen político estable, la monarquía liberal, que desde el siglo XVII es el sistema político imperante (mientras en otros países de Europa se refuerza la monarquía absoluta), y que se mantiene libre de las revoluciones que aquejan a otros países europeos.
Las numerosas guerras en las que se vio envuelto el Reino Unido durante los siglos XVIII y XIX no provocaron daños en territorio británico. La insularidad actuó en este sentido como una barrera de protección a la que se unía el desarrollo de una poderosa flota de guerra que mantendrá su hegemonía mundial durante los siglos XVIII y XIX.
La existencia de una moneda estable y un sistema bancario organizado: el Banco de Inglaterra fue creado ya en 1694. Estas condiciones no se darán en otros países europeos hasta finales del siglo XVIII.
Factores sociales y económicos
Abundancia de capitales, procedentes, en parte, del dominio comercial británico, pues desde el siglo XVII la marina mercante británica en dura competencia con los holandeses se ha hecho con el control de buena parte de los intercambios comerciales de otros continentes con Europa. El comercio de productos como el te o el tabaco, y el tráfico de esclavos, había permitido la creación de enormes fortunas, en manos de comerciantes y banqueros. Este comercio colonial proporcionaba a Gran Bretaña materias primas y mercados donde vender sus productos manufacturados.
Incremento sostenido de la capacidad para producir alimentos por parte de la agricultura británica que está conociendo un importante desarrollo, la denominada revolución agraria, desde la aprobación de leyes que permiten el cercamiento de las propiedades.
Existencia de una abundante mano de obra. La población británica crece a gran ritmo a causa fundamentalmente de los cambios en la agricultura: el suministro constante y creciente de alimentos va terminando con las crisis demográficas. Parte de esa población en crecimiento emigrará a las ciudades y formará la masa de los trabajadores industriales.
La mayor libertad económica a causa de la debilidad relativa con respecto a otros países de organismos como los gremios que suponían un freno a cualquier innovación en las actividades industriales. No es casual que fuese un británico, el escocés Adam Smith, autor de La Riqueza de las Naciones, quien hiciese la más destacada e influyente defensa de la libertad económica: para Adam Smith la mejor forma de emplear el capital para crear riqueza es aquella en la cual la intervención de los gobiernos es lo más reducida posible. La mano invisible del mercado asigna siempre de la forma más eficiente los recursos económicos de un país. (Texto)
Abundancia de emprendedores entre los comerciantes y los grandes propietarios de tierra.
Una aristocracia que permite y premia las innovaciones y la creación de riqueza, en contraste con la nobleza de otros países, más tradicional, apegada a la tierra y que desprecia cualquier forma de trabajo productivo.
Menor peso de los impuestos al comercio en el mercado interno: en Gran Bretaña el peso de los impuestos interiores era muy reducido comparado con otros países europeos donde era muy común encontrarse aduanas interiores cada pocos kilómetros lo que convertía al comercio en una actividad poco productiva. Puede decirse que en Gran Bretaña existía ya un mercado nacional que en otros países sólo existirá cuando se eliminen las aduanas interiores y se cree una importante red de ferrocarriles.
Factores geográficos
Abundancia de hierro y, sobre todo, de carbón. El hierro se encontraba en los Montes Peninos, mientras que el carbón abundaba tanto en Inglaterra como en Gales y Escocia. De hecho, después de tres siglos de explotación, Gran Bretaña sigue teniendo enormes reservas de carbón. En las proximidades de las minas de carbón se concentrará gran parte del potencial industrial británico en especial con el nacimiento de una fuerte industria siderúrgica básica para proporcionar metales baratos para la construcción de máquinas, ferrocarriles, infraestructuras... Fácil y constante suministro de agua como fuente de energía, pues el clima, lluvioso, superando de promedio los 1.000 mm anuales y sin estación seca, proporciona corrientes de agua numerosas y constantes. La energía hidráulica desempeñará un importante papel en los años previos a la difusión de la máquina de vapor.
El factor “insular”: abundancia de puertos que facilitan el comercio nacional e internacional. Este factor unido a la existencia de muchos ríos navegables (y canales que se construirán) favoreció la creación muy temprana de un mercado nacional con las ventajas que supone contar con un mercado de gran tamaño a la hora de acometer inversiones.
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domingo, 8 de abril de 2007

Chile

Chile: un país tricontinental
Se dice que Chile tiene una condición de tricontinentalidad, lo cual quiere decir que es un Estado que ejerce soberanía sobre territorios ubicados en tres continentes: América, Antártica y Oceanía.
Cordillera de los Andes, columna vertebral del relieve chileno.
Base Presidente Eduardo Frei Montalva (Territorio Antártico Chileno).
El caudaloso río Baker se encuentra en la XI Región.
La actividad pesquera ha alcanzado significativos niveles de comercializn, en especial en mercados como Europa y Estados Unidos.
En el mar y en el aire
Si miramos un mapamundi, nuestro país aparece como el último rincón del mundo. Esta larga y angosta faja de tierra se ubica en la parte suroeste de América del sur.
Se dice que Chile tiene una condición de tricontinentalidad, lo cual quiere decir que es un Estado que ejerce soberanía sobre territorios ubicados en tres continentes: América, Antártica y Oceanía.
La soberanía que Chile tiene en América, Chile Continental, se ubica entre los 17º30’ y 56º30’ de latitud sur, y se encuentra alineado en torno a los 70º de longitud oeste, ocupando una superficie de 756.626 Km2 y con una longitud norte-sur de 4.300 Km.
Además del territorio que ocupa en el continente americano, Chile tiene varias islas integradas a su dominio cuyas superficies suman 379,9 Km2, correspondiendo a lo que se conoce como Chile Oceánico o insular; estos territorios son: Isla de Pascua, el archipiélago de Juan Fernández y las islas San Félix, San Ambrosio, Sala y Gómez.
El territorio chileno, ubicado en el continente antártico, es una prolongación de forma triangular del Chile Continental hacia el mismo Polo Sur, que se desarrolla entre los 53º y 90º de longitud oeste y entre los 60º y 90º de latitud sur, con una superficie de 1.250.000 Km2.
La Isla de Pascua, que está a una distancia de 3.700 Km del continente, corresponde al trozo de territorio chileno ubicado en plena Oceanía.
La superficie total de Chile, es decir, de Chile americano, antártico e insular, es de 2.006.626 Km2. La longitud que posee desde la Línea de la Concordia hasta el Polo Sur es superior a los 8.000 Km. A los 52º21’ de latitud sur (Estrecho de Magallanes), posee un ancho máximo de 445 Km y a los 31º37' latitud sur (entre Punta Amolanas y Paso de la Casa de Piedra) su ancho mínimo es de 90 Km.
Una loca geografía
Nuestro territorio se caracteriza por tener un relieve accidentado y montañoso, con no más de un 20% de superficie plana y por poseer cuatro formas significativas de relieve, que se desarrollan en sentido norte-sur; estas son: las planicies costeras o litorales, la Cordillera de la Costa, la Depresión Intermedia y la Cordillera de los Andes.
Majestuosa es la blanca montaña
La Cordillera de los Andes es la columna vertebral del relieve de Chile. Nace en la Guajira colombo-venezolana y muere en el Cabo de Hornos, para reaparecer en la Antártica. De los 9.000 Km de largo que tiene la Cordillera de los Andes, 4.600 corresponden a Chile, los que han sido divididos, según sus variaciones, en cuatro zonas: el norte (desde el límite con el Perú hasta el cerro Tupungato), el centro (desde el Tupungato hasta el monte Tronador), el sur (desde el Tronador al Cabo de Hornos) y por último, los Antartandes.
En el Norte Grande se encuentra la parte más alta y ancha de la cordillera, con alturas que superan los 6.000 metros. En el Norte Chico se desarrollan cordones montañosos que se orientan en sentido este-oeste, originando una serie de valles transversales.
En el centro, el macizo cordillerano comienza a descender desde los 6.000 m frente a Santiago, hasta bordear los 3.000 m cerca de Chillán.
En la zona sur, la actividad volcánica es bastante frecuente y la altitud sigue disminuyendo; no obstante existen algunos puntos que sobrepasan los 3.000 m. Al sur del Cabo de Hornos, los Andes se sumergen en el Océano Pacífico para reaparecer en la Antártica chilena, con el nombre de Antartandes.
El rico valle
Entre la Cordillera de los Andes y la de la Costa se extiende una faja de relieve, más o menos plana, llamada Depresión Intermedia. Es en ella donde se encuentran las más grandes ciudades del país y, por lo tanto, la mayor parte de la población chilena.
Esta depresión se desarrolla a lo largo de casi todo el territorio chileno y sólo se encuentra interrumpida por los cordones montañosos que forman los valles transversales. Estos están ubicados al sur de la Región de Tarapacá (Copiapó, Huasco, Limarí, Elqui y Choapa) y luego al sur del cordón de Chacabuco (Cuenca de Santiago y Rancagua).
Desde el Seno de Reloncaví, la Depresión Intermedia se hunde en el mar y reaparece en la isla de Chiloé, para desaparecer finalmente bajo las aguas del golfo de Penas.
La importancia de esta macroforma reside en las funciones que se desarrollan en ella: las actividades agrícolas y ganaderas, el asentamiento urbano y las comunicaciones terrestres.
Cordillera propia
La Cordillera de la Costa es un relieve exclusivo del territorio chileno, que se extiende desde el cerro Camaraca (20 Km al sur de Arica) hasta la península de Taitao. Esta cordillera debe su nombre al hecho de desarrollarse casi pegada al litoral chileno.
A lo largo de su extensión, exhibe diversas alturas, aunque siempre menores respecto de la Cordillera de los Andes. En el Norte Grande, la Cordillera de la Costa tiene alturas superiores a los 2.000 m. En el Norte Chico, prácticamente no hay Cordillera de la Costa por la presencia de los valles transversales.
En Chile Central se manifiesta con alturas considerables, lo que dificulta la comunicación entre la costa y las ciudades del interior del país. Al sur del río Rapel, la Cordillera de la Costa se deprime, sin alcanzar siquiera los mil metros. Pero al sur del río Biobío retoma más altura y recibe el nombre de Cordillera de Nahuelbuta. Al sur del río Bueno aparece como Cordillera Pelada, y en la isla de Chiloé se le denomina Cordillera de Piuché y de Pirulil. Luego se manifiesta nuevamente en las islas Guaitecas y en el archipiélago de los Chonos, desapareciendo en el oeste de la península de Taitao.
Hacia la costa
Esta forma de relieve está conformada por una serie de planicies y terrazas que se desarrollan entre la Cordillera de la Costa y el mar, de manera discontinua en la zona norte del país y continua hasta el canal de Chacao.
Las planicies costeras o litorales son el resultado de la erosión marina sobre el borde oeste de la Cordillera de la Costa, especialmente en épocas geológicas pasadas, cuando las aguas alcanzaban mayor nivel que el actual.
Nuestra hidrografía
Debido a lo angosto del territorio chileno, nuestros ríos no alcanzan a recorrer grandes distancias y, por lo general, tienden a escurrir de este a oeste y a no ser aptos para la navegación. Se caracterizan, también, porque en su mayoría son poco caudalosos, aunque no por eso menos torrentosos. Sus aguas son importantes para las labores agrícolas, pues permiten la irrigación del suelo. También poseen gran potencial hidroeléctrico, aunque este no se aproveche en su totalidad.
En la zona norte, específicamente en el altiplano, las cuencas hidrográficas son del tipo endorreicas, es decir, no llegan al mar. Los principales ríos son: Azapa, Vitor, Camarones, Camiña, Tarapacá, Lauca, Isluga y Cariquima.
Entre los ríos Loa y Copiapó (pleno desierto de Atacama) no hay escurrimiento superficial (cuencas arreicas), aunque existen napas subterráneas que proveen de agua. El río Loa es el más importante y el más largo de Chile.
Desde Copiapó al sur, las aguas superficiales desembocan en el mar (cuencas exorreicas). En estas condiciones destacamos los siguientes ríos (de norte a sur): Copiapó, Huasco, Elqui, Limarí, Choapa, Petorca, Aconcagua, Maipo, Rapel, Mataquito, Maule, Itata, Biobío, Imperial, Valdivia, Bueno, Palena y Baker.
Los otros espacios
El espacio marítimo de Chile abarca el Mar Territorial, que va desde la línea de más baja marea hasta 12 millas náuticas mar adentro, además de la Zona Económica Exclusiva, que es de hasta 200 millas en las porciones del continente americano y la Antártica, y ampliándose a 350 millas náuticas en torno a la Isla de Pascua y Sala y Gómez, con pleno derecho sobre sus recursos. Incluye el suelo y subsuelo marítimo, tanto para el territorio continental como para el insular.
El espacio aéreo comprende la proyección de los límites de los territorios marítimos y terrestres hacia la atmósfera. En este espacio, el Estado ejerce una soberanía total y exclusiva.
Geografía física de la Quinta Región de Valparaíso
En esta región hay diferentes zonas climáticas, que fluctúan entre el clima marítimo cálido y el frío de altura que se da en la alta cordillera.
Relieve de la V Región
El relieve de la parte norte de la región es similar al de la IV Región, ya que ahí se encuentran los últimos valles transversales, que son recorridos por las cuencas de los ríos Petorca, La Ligua y Aconcagua.
En cambio, la geografía de la zona sur es más simple, ya que la región es más angosta. Limita al este con la Cordillera de la Costa, por lo que solo presenta este cordón y planicies costeras. Estas tienen un ancho que varía entre unos cientos de metros y más de 15 Km, y presentan colinas o pequeños cerros, como sucede en la ciudad de Valparaíso.
En esta región, la Cordillera de los Andes llega a los 5.000-6.000 msnm; sus mayores alturas son el cerro Juncal (6.110 msnm) y el cerro Alto Los Leones (5.400 msnm). La Cordillera de la Costa apenas sobrepasa los 2.000 msnm.
Como ya se mencionó, al norte del paralelo 33º de latitud sur las dos cordilleras (de los Andes y de la Costa) se encuentran unidas por cordones transversales. En cambio, al sur del río Aconcagua, ambas cordilleras están separadas por la Depresión Intermedia, que se prolonga hasta la Décima Región.
Aproximadamente a los 33º30’ de latitud sur, la Cordillera de la Costa se divide en dos; la rama occidental está dentro de la Región de Valparaíso y la oriental, en la Región Metropolitana.
Hidrografía
La parte norte está dominada por tres ríos exorreicos, de régimen mixto (pluvio-nival, o sea, su cauce proviene de las lluvias y los deshielos): Petorca, La Ligua y Aconcagua. Al sur de la región están las desembocaduras de los ríos Maipo y Rapel.
El río Petorca tiene una cuenca de, aproximadamente, 2.700 Km2 y 72 Km de extensión. Nace en la localidad de Chincolco, producto de la unión de los cursos de los ríos Pedernal, que viene del norte, y Sobrante, que viene del oeste. Junto al río La Ligua, el Petorca desemboca al sur de la playa de Pichicuy, donde se forma una albufera, junto al cordón dunario de Longotoma.
La cuenca del río La Ligua drena una superficie de 2.000 Km2. Se forma cerca del pueblo de Cabildo, de la confluencia del río Alicahue y el estero Cajón de Los Angeles. Su cauce recorre 44 Km hasta desembocar en el mar, junto al río Petorca, al sur de Pichicuy.
El río Aconcagua tiene una superficie de 7.200 Km2. Nace de la unión de los ríos Juncal, que proviene del este, y Blanco, que llega desde el sureste. A 15 Km de su origen, el Aconcagua recibe el aporte del río Colorado, y 4 Km después, el del río Putaendo. Además, recibe el aporte de varios esteros, como el Riecillo, Vilcuya, Pocuro, Quilpué, Catemu, Los Loros, El Cobre, San Isidro y Limache. Recorre 142 Km hasta desembocar en el mar, al norte de la ciudad de Concón.
Además de los tres ríos principales, las planicies costeras de la V Región también son atravesadas por cursos de agua de microcuencas que se originan en la Cordillera de la Costa. Es el caso de los esteros Marga Marga, que desemboca en la ciudad de Viña del Mar; Casablanca, que llega al mar junto al poblado de Tunquén; San Jerónimo, que desagua cerca de Algarrobo, y El Yali, que desemboca en una albufera a 15 Km al sur de Santo Domingo.
Además, al sur de Valparaíso está la cuenca baja del río Maipo, que desemboca en Llolleo, y la del río Rapel, que está en el límite sur de la región.
Además de la de El Yali, existen otras lagunas de origen albuférico: la laguna el Peral, junto a Las Cruces, y Cabildo, Matanzas y El Rey, que se encuentran al sur de Santo Domingo.
Clima
En esta región hay diferentes zonas climáticas, que fluctúan entre el clima marítimo cálido y el frío de altura que se da en la alta cordillera.
En la zona costera e insular el clima es templado, con temperaturas gratas, con estrechas variaciones diarias y estacionales y con una alta humedad relativa, causante de los días cubiertos y de las neblinas matinales. En Valparaíso, la temperatura media anual en verano es 17,9º C y en invierno es de 11,9º C, con una amplitud térmica de 6º C.
Al interior, disminuye la influencia del mar, se acentúa la amplitud térmica, las diferencias entre las estaciones son más marcadas y es menor la humedad relativa. En invierno son frecuentes las heladas, que se incrementan al ascender por la Cordillera de los Andes. En Los Andes, la temperatura media anual en verano es 22º C y en invierno es 10º C, con una amplitud térmica de 12º C.
Las precipitaciones adquieren mayor importancia y regularidad, respecto a la IV Región. Mientras al norte de la región el promedio anual es de 250-280 mm, en la cuenca del Aconcagua este asciende a 520 mm. La altura también influye: en la alta cordillera las precipitaciones, en forma de nieve, superan los 1.000 mm anuales.

Datos adicionales
La comuna de menor superficie de la región es El Quisco (50,7 Km2)
La comuna de mayor superficie es Petorca (1.516,6 Km2)
La comuna más poblada es Viña del Mar (286.931 habitantes)
La comuna menos poblada es Juan Fernández (633 habitantes)
Viña del Mar es la única comuna que carece de población rural.
¿Sabías que?
La superficie de la Quinta Región de Valparaíso corresponde solo al cero coma ocho por ciento del territorio nacional.
El archipiélago de Juan Fernández, de casi diez mil hectáreas, está formado por tres islas, Robinson Crusoe, Marinero Alejandro Selkirk y Santa Clara, y algunos islotes menores.

Las civilizaciones fluviales

Se denominan genéricamente como Civilizaciones Fluviales, a aquellas que durante el Neolítico se fueron asentando junto a grandes ríos y desarrollando una cultura propia y en las que aparecería, entre otros muchos logros, la escritura.
Las principales Civilizaciones Fluviales de la antigüedad fueron la Egipcia, las mesopotámicas, la Hindú y la China. En esta página sólo se tratarán las culturas mesopotámica y egipcia por su influencia directa sobre nuestra cultura.
Las civilizaciones mesopotámicas se desarrollaron en la región de Mesopotamia, situada en el Asia Menor, al sur de la Península de Anatolia, entre los ríos Tigris y Éufrates. La egipcia se desarró en el valle del río Nilo en el noreste de África.
La cercanía geográfica de ambas civilizaciones ha dado lugar a la denominación de la zona que ambas ocupan como "Creciente Fértil", dada la forma de luna creciente que ofrece la zona de asentamiento de ambas civilizaciones, tal y como se puede observar en la ilustración y la fertilidad de sus tierras.
Dada su riqueza natural, Mesopotamia atrajo desde la prehistoria a poblaciones humanas procedentes de regiones más pobres.
Sobre el año 6000 a.C. los asentamientos aumentaron y en el cuarto milenio a. C. se construyeron las primeras ciudades, de entre las cuales destaca Uruk. El primer pueblo mesopotámico del que tenemos noticia histórica es el sumerio. Los sumerios, cuya civilización se extendió hasta el norte del Éufrates, utilizaron la metalurgia, desarrollaron la administración pública e inventaron un tipo de escritura denominada cuneiforme.
Hacia el 2330 a.C. los acadios, pueblo procedente de la zona central de Mesopotamia, conquistó la región, bajo el reinado del rey Sargón I El Grande, unificando ambos pueblos en una sóla cultura y situando su capital en la ciudad de Acad.
En el 2118 a.C. la capital pasó a la ciudad de Ur y en el siglo XVIII a.C. toda Mesopotamia fue unificada por Hammurabi, rey de Babilonia. En esta época se desarrolló en Mesopotamia una gran civilización, se fortaleció el sistema administrativo, se desarrolló el sistema de regadíos y la navegación y se construyeron grandes templos y monumentos. La principal obra de Hammurabi fue su Código que constituye la primera recopilación de leyes de la historia.
Hacía el 1595 a.C. los hititas, pueblo procedente de la meseta de Anatolia, y posteriorente los casitas, invaden Mesopotamia y dominan Caldea. Durante casi 400 años el reino de Babilonia fue muy próspero y sus reyes tuvieron un poder similar al de los faraonesegipcios, al tiempo que se desarrollaron fuertes relaciones comerciales con los pueblos vecinos.
Tras esta etapa, serán los asirios, procedentes del norte de mesopotamia, conquistarán Babilonia, expandiendo su imperio hasta el Mediterráneo, llegando incluso a dominar Egipto.
Las contínuas revueltas de las tribus caldeas y el empuje de los medas, terminaron con el imperio asirio, quedando Mesopotamia de nuevo en manos de los caldeos de Babilonia, bajo el gobierno de Nabuconodosor II. Así quedaría la región hasta que en el año 539 a.C. es conquistada por los persas de Ciro el Grande.






El Antiguo Egipto estaba situado en el valle del río Nilo, en el norte de África. Este valle supone un enorme oasis en medio del desierto del Sahara. Las inundaciones anuales debidas a las crecidas del río dejaban un suelo fértil y fácil de cultivar, lo quel garantizaba el alimento y el agua a los grupos humanos que vivían en sus orillas.
Los primeros habitantes del Valle del Nilo comenzaron a cultivarlo hacia el 5000 a.C. dividiéndose el valle en dos reinos denominados Alto y el Bajo Egipto. En esa época los egipcios ya enterraban a sus muertos en tumbas de arena junto con objetos para la vida de ultratumba, lo cual denota la creencia, desde la antigüedad, en la vida después de la muerte.
Egipto fue unificado hacia el año 3100 a.C., según la leyenda por el rey Menes, formándose el Imperio Antiguo en el cual bajo el mandato de los primeros faraones estables y poderosos, considerados dioses vivientes con un poder absoluto, se desarrollan la economía y cultura del país. La capital estaba en la ciudad de Menfis. En esta época la escultura y la arquitectura alcanzan su máximo apogeo con la contrucción de las pirámides de Gizeh por los faraones Keops, Kefrén y Mikerinos.
El Imperio Antiguo desapareció hacia el 2160 a.C. a consecuencia del debilitamiento del poder del faraón y el dominio de los gobernadores territoriales sobre sus provincias. El país fue reunificado por Mentuhotep II que fundó el Imperio Medio en el 2040 a.C. situando la capital en Tebas. Los faraones volvieron a controlar Egipto y reforzaron el comercio exterior. Es este periodo los egipcios invaden Libia y Nubia. La invasión del norte de Egipto por los hicsos que establecieron su capital en Menfis, debilitó el poder del faraón y el Imperio Medio entró en crisis.
El periodo más importante de la historia egipcia es el Imperio Nuevo (1500-1086 a.C.) en el que faraones guerreros como Amosis I y Tutmosis III expulsan a los hicsos, extienden los dominios del imperio hasta el Oriente Medio. En esta época se construye el Valle de los Reyes que serviría como tumba decorada de los faraones.
En el 525 a.C., Cambises II rey de Persia, invade Egipto poniendo fin a la época imperial
Los egipcios inventaron la escritura jeroglífica y sus creencias politeístas desarrollaron una mitología rica que tenía como principales deidades a Osiris, Isis, Horus y Anubis, así como una compleja red administrativa formada por escribas y funcionarios que controlaban las cosechas, las obras públicas y los impuestos.
El arte mesopotámico refleja al mismo tiempo la adaptación y el miedo de las gentes a las fuerzas naturales, así como sus conquistas militares.
En las ciudades de Mesopotamia, el templo fue el centro del comercio y la religión hasta que fue desbancado en importancia por el palacio real.
El suelo de Mesopotamia proporcionaba el barro para los adobes que fueron el material constructivo más importante de esta civilización. Los mesopotámicos también cocieron esta arcilla para obtener terracota, con la que realizaron cerámica, esculturas y tablillas para la escritura.
Se conservan pocos objetos en madera. En la escultura emplearon basalto, arenisca, diorita y alabastro. También trabajaron algunos metales como el bronce, el cobre, el oro y la plata, así como nácar y piedras preciosas en las piezas más delicadas.
El arte de Mesopotamia abarca una tradición de 4.000 años con estilo aparentemente igual. Hasta la conquista por los persas en el siglo VI a.C. cada uno de los grupos que la habitó, hizo su propia contribución al arte mesopotámico.
ESCULTURA Las primeras esculturas descubiertas en la Mesopotamia datan del 5000 a.C. y son en su mayoría figuras de barro muy similares a las de las Venus prehistóricas encontradas en el resto de Europa. En el milenio siguiente se refleja una estilización de las formas tendientes al naturalismo y se encuentran piezas en mármol tales como bustos, estelas conmemorativas y relieves. La más importante es la estela encontrada en Lagash, considerada la más antigua del mundo en cuanto que en ella aparece por primera vez la narración figurativa de una batalla.
Las estatuas más típicas son figuras de hombre o mujer de pie, llamados orantes, ataviados con largas túnicas con las manos tomadas a la altura del pecho, siendo la cara la parte más llamativa del conjunto por el relieve de los ojos normalmente realizados con piedra. En cuanto a los relieves, estos han sido de una importancia fundamental para comprender la historia, la iconografía religiosa y el ceremonial de los pueblos mesopotámicos.
Existían varios tipos, entre ellos los esculpidos en la piedra y los realizados sobre ladrillos esmaltados como es el caso de los pocos restos encontrados de la famosa "Puerta de los dioses" (de hecho, eso significa Babilonia) y los de arcilla. Dependiendo del pueblo y de la ciudad los temas y los estilos variaban: durante las dinastías acadia y persa la temática era la narración de la victoria de los reyes, mientras que en tiempos de los babilonios se preferían las representaciones de las divinidades o de las tareas cotidianas del pueblo.
ORFEBRERÍA La orfebrería mesopotámica constituye uno de los hallazgos más interesantes de las excavaciones de tumbas reales y templos. El trabajo de los metales era una de las actividades artísticas más importantes en los pueblos mesopotámicos. Si bien la mayoría de las tumbas fueron saqueadas por los ciudadanos de sucesivos asentamientos poblacionales, que descubrían los tesoros cavando para construir sus casas. Algunos, han llegado intactos hasta hoy, como el tesoro de los reyes de Ur, encontrado por el arqueólogo Charles Wooley.
Entre los valores más preciados de este tesoro se cuenta el tocado de una de las sesenta y cuatro cortesanas enterradas en el sepulcro real, de una suntuosidad y un diseño exquisito, en el que finísimas láminas de oro imitan hojas y pétalos de flores. Restos de vajilla labrada en oro y numerosísimas estatuillas de cobre, uno de los metales más trabajados, así como collares y brazaletes de cornalina, lapislázuli y plata e instrumentos musicales con piedras preciosas completaban el tesoro más antiguo del mundo oriental.
En las formas y el modelado del metal se descubre un naturalismo de cierta ingenuidad, con obsesión por el detalle ornamental. Se hace difícil un estudio del estilo general de la orfebrería mesopotámica debido a la gran variedad de pueblos y culturas que poblaron sucesivamente el territorio. Sin embargo, en todos lo objetos se descubre el valor de las fuerzas de la naturaleza y la esperanza del hombre en una vida después de la muerte, algo que explica que los objetos más valiosos se encontraran en los sepulcros.
También durante el imperio Persa (VI a.C.) la orfebrería experimentó un florecimiento. Los tesoros encontrados en las excavaciones dan cuenta de la habilidad de los artesanos en la realización de bellísmos utensilios y objetos decorativos en oro y plata. Destacan sobre todo las piezas del último período del Imperio. El naturalismo de las estatuillas destinadas a los hipogeos y el logrado dinamismo de su decoración refleja la influencia de los artistas griegos.
ARQUITECTURA La arquitectura de la Mesopotamia se sirvió en sus comienzos de los ladrillos de barro cocido, poco resistentes, lo que explica el alto grado de deterioro de las construcciones encontradas. Las obras más representativas de la construcción mesopotámica son los zigurats o templos en torre que datan de los primeros pueblos sumerios y que asirios y babilonios mantuvieron en lo formal. Éstos eran en realidad edificaciones superpuestas que conformaban especies de pirámides de lados escalonados dividida en varias cámaras.
El zigurat de la ciudad de Ur es uno de los que mejor se ha conservado gracias a que después de su destrucción, por los acadios, el rey Nabucodonosor II lo mandó reconstruir. El templo constaba de siete plantas y en la terraza se encontraba el santuario. Se cree que en la reconstrucción, se intentó copiar la famosa torre de Babel, hoy destruida. A la última planta se accedía por interminables y estrechas escalinatas que rodeaban los muros.
La arquitectura monumental aqueménida retomó las formas babilónicas y asirias con la monumentalidad egipcia y el dinamismo griego. Los primeros palacios de Pasargada de Ciro el Grande (559-530) poseían salas de doble hilera de columnas con capiteles en forma de cabeza de toro de influencia jónica. Para centralizar el poder, Darío (522-486) transformó en capitales administrativas y religiosas a Susa y Persépolis respectivamente. Sus palacios fueron los últimos testimonios de la arquitectura oriental antigua.
En cuanto a las tumbas, los monarcas aqueménidas, que no siguieron la tradición zoroástrica de exponer sus cadáveres a las aves de rapiña, excavaron fastuosos monumentos funerarios en las rocas de montañas sagradas. Una de las más conocidas es la tumba de Darío I, en la ladera del monte Hussein-Kuh. Su fachada imita el portal de un palacio, y se halla coronada con el disco del dios Ahura Mazda. Este fue el modelo seguido posteriormente en las necrópolis.
PINTURA La pintura egipcia experimentó su máximo apogeo durante el Imperio Nuevo. Sin embargo, dado el carácter religioso de la misma, las técnicas pictóricas evolucionaron muy poco de un período al otro. Más bien se mantuvieron siempre dentro del mismo naturalismo original. Los temas eran normalmente narraciones de la vida cotidiana y batallas, además de leyendas religiosas.
Las típicas figuras de perfil con los brazos y el cuerpo de frente de los murales egipcios, son producto de la utilización de la perspectiva aspectiva. Los egipcios no representaron las partes del cuerpo humano según su ubicación real sino teniendo en cuenta la posición desde la que mejor se observara cada una de las partes: la nariz y el tocado de perfil, que es como más resaltan; y ojos, brazos y tronco, de frente. Esta práctica se mantuvo hasta mediados del Imperio Nuevo, luego se prefirió la representación frontal.
Un capítulo aparte en el arte egipcio lo constituye la escritura. Un sistema de más de 600 símbolos gráficos denominados jeroglíficos, se desarrolló a partir del año 3.300 a.C. y su estudio y fijación fue tarea de los escribas. El soporte de los escritos era un papel fabricado en base a la planta del papiro. La escritura y la pintura se hallaban estrechamente vinculadas por su función religiosa. A las pinturas murales de los hipogeos y las pirámides se las acompañaba de textos y fórmulas mágicas dirigidas a las divinidades y a los difuntos.
Es curioso observar que la evolución de la escritura en jeroglíficos más simples, la llamada "escritura hierática" determinó en la pintura una evolución similar, traducida en un proceso de abstracción. Estas obras menos naturalistas, por su correspondencia estilística con la escritura, se denominaron a su vez "pinturas hieráticas". Del Imperio Antiguo se conservan las famosas pinturas "Ocas de Meidun" y del Imperio nuevo merecen mencionarse los murales de la tumba de la reina Nefertari, en el Valle de las Reinas, en Tebas.
ESCULTURA La escultura egipcia fue ante todo, animista. Encontró su razón de ser en laeternización del hombre después de la muerte. Fue una escultura eminentemente religiosa. La representación de un faraón o un noble, era la reemplazante física del muerto, su doble, en caso de descomposición del cuerpo momificado. Esto justificaría el exagerado naturalismo logrado por los escultores egipcios, sobre todo en el Imperio Antiguo. Con el paso del tiempo, al igual que la pintura, la escultura se estilizó.
Las estatuillas de barro eran piezas concebidas como complementarias del ajuar en el ritual funerario. En cuanto a las estatuas colosales de templos y palacios, surgieron a partir de la Dinastía XVIII como parte de la nueva arquitectura imperial. Poco a poco, las formas se fueron complicando y pasaron del realismo ideal al amaneramiento completo. Con los reyes tolemaicos la gran influencia de Grecia se hizo sentir en la pureza de las formas y el perfeccionamiento de las técnicas.
En un principio, el retrato tridimensional fue privilegio de faraones y sacerdotes. Con el tiempo fue posible a ciertos miembros de la sociedad como escribas y sacerdotes. De los retratos reales más populares merecen mencionarse los dos bustos de la reina Nefertiti, considerada una de las mujeres más bellas de la historia universal. Ambos son obra de uno de los pocos artistas egipcios conocidos, el escultor Thutmosis, y se encuentran hoy en los museos del Cairo y de Berlín, respectivamente.
No fueron menos importantes las obras de orfebrería, cuya maestría y belleza son suficientes para testimoniar la elegancia y el lujo de las cortes egipcias. Los materiales más utilizados eran el oro, la plata y las piedras. Las joyas siempre tenían alguna función específica (talismanes), lo mismo que los objetos elaborados para templos y tumbas. Los orfebres también colaboraron en la decoración de templos y palacios revistiendo muros con láminas de oro y plata labrados con inscripciones, de los que apenas quedaron testimonio.
ARQUITECTURA La esencia de la arquitectura egipcia lo constituyen sin duda las pirámides, cuyas técnicas de construcción siguen siendo objeto de estudio de ingenieros y historiadores. El creador de las mismas fue el arquitecto Imhotep, durante la tercera dinastía, y su obra le valió la divinización. En un principio las tumbas egipcias tenían la forma de pequeñas cajas y eran de barro, recibiendo el nombre de mástabas (banco). Fue este arquitecto el que superpuso las mástabas dando forma a la pirámide.
También se debe a Imhotep la utilización de la piedra en lugar del barro, que sin duda servía mejor en vistas a la conservación del cuerpo del difunto. Las primeras pirámides fueron las del rey Zoser y eran escalonadas. Las más célebres del mundo pertenecen sin embargo a la IV dinastía y se encuentran en Gizeh: Keops, Kefrén y Mikerinos de caras completamente lisas. La regularidad de ciertas pirámides se debe, aparentemente, a la utilización de un número áureo que muy pocos arquitectos conocían.
Otro tipo de construcción fueron los hipogeos, templos excavados en las rocas dedicados a varias divinidades o a una en particular. Normalmente se hallaban divididos en tres cámaras de las cuales la primera era para los profanos, la segunda para el faraón y los nobles, y la tercera, para el sumo sacerdote. La entrada a estos templos eran guardadas por galerías de colosos o esfinges. En cuanto a la arquitectura civil y palaciega, las ruinas que se conservan permiten recabar muy poca información al respecto.

poblamiento americano

Unidad : Construcción de una identidad mestiza.
Tema : América precolombina: las grandes civilizaciones
Teorías del poblamiento americano
Capítulo I

El hombre americano ¿ cuándo apareció? ¿qué ruta utilizó? ¿cuál era su bagaje cultural?, constituyen las interrogantes que plantea el problema del poblamiento americano. desde la época de los conquistadores se han elaborado las más extrañas y exóticas teorías para resolverlas. Actualmente, gracias a las modernas técnicas de datación y el avance de los estudios arqueológicos y antropológicos, ha sido posible reconstruir, en forma bastante aproximada, la historia de este acontecimiento.

Los emigrantes no pudieron entrar y ocupar el Nuevo Mundo en fechas anteriores a las asignadas para la aparición del Homo Sapiens; con esta premisa concuerdan los restos de Lewisville (Texas) que, ubicados hacia 38.000 años atrás, constituye la más temprana evidencia humana en América.
1.- EL MITO BIBLICO

Se refiere fundamentalmente a las 10 tribus perdidas de Israel, cuyo destino se ignoró a partir de la conquista de ese reino por los asirios el año 722 A. C., dos siglos después del cisma que se produjo en el Estado Hebreo luego de la muerte del Rey Salomón. Estos datos han quedado consignados en algunos de los libros del Antiguo Testamento. De las originarias 12 tribus de los BEBEI ISRAEL que invadieron y conquistaron Canaan desde Egipto a finales de la Edad de Bronce, dos de las primitivas tribus constituyeron el Estado de Judá en el sur y los 10 restantes el Estado de Israel en el norte. El Estado septentrional fue destruído por los asirios a finales del siglo VIII A. C. y su población fue en gran medida dispersada. El destino de las 10 tribus restantes desaparecidas ha sido largamente discutido.

Algunos de los importantes investigadores como Arias Montano (1751), Gregorio García (1607) y los padres Durán y Las Casas (1550) en el siglo XVII y Lord Kisborough (1830) todavía a mediados del siglo XIX afirmaron que aquellas tribus perdidas del relato bíblico emigraron a América, colonizando el continente.

No tiene sentido ahora discutir ideas tan arbitrarias e irreales. Todos los supuestos semejantes, lingüísticas y culturales, entre los indios americanos y el pueblo hebreo no tiene fundamento serio alguno, no existiendo relación posible entre ambos. Sin embargo, la congregación religiosa de los Mormones en EEUU aún insiste en esta relación que ya planteara su fundador en el siglo pasado.

Es interesante hacer notar que el propio mito de la desaparición misteriosa de las 10 tribus de Israel tampoco tiene fundamento sólido. Los conquistadores asirios destruyeron y liquidaron parte de la población, otra fue desplazada y el resto permaneció en el lugar siendo transculturados por los asirios y sobre todo por las poblaciones arameas contemporáneas y posteriores. Sin embargo, una parte importante de ellos conservó aún, a pesar de los violentos cambios y transculturaciones, gran parte de su identidad y sus descendientes fueron samaritanos, los que se han conservado hasta la actualidad. En resumen, los restos de las 10 tribus bíblicas nunca salieron, realmente, muy lejos de su región, salvo en los límites del propio reino asirio. Por lo tanto, mal pueden haber llegado nunca a América.
2.- DESDE EGIPTO Y OTROS PUEBLOS ORIENTALES

También se postuló la hipótesis de la venida de otros pueblos del Oriente Antiguo, además de los hebreos. Entre estos, uno de los que más ocupó la atención fue el pueblo de Antiguo Egipto. Algunos autores observaron aparente semejanza en el culto solar y en la construcción de pirámides relacionadas con aquellos ritos, existentes especialmente en las altas culturas americanas, con fenómenos similares conocidos en el Antiguo Egipto. Esta tesis fue revivida en forma pseudocientífica a comienzos de este siglo por el antropólogo británico Elliot Smith (1912). Hoy sabemos, gracias a la arqueología, que dichas construcciones difieren tanto en su tipología como en su función, siendo las americanas, a diferencia de las egipcias, preferentemente de tipo escalonado y con una especie de templo construído sobre su cima trunca y cumpliendo las funciones ceremoniales de santuarios religiosos y templos, lo contrario de las monumentales tumbas egipcias. El culto solar mismo es demasiado difundido en el mundo para tener un centro originario único en el antiguo Egipto como pretendía la Escuela Heliolítica de Smith. En la actualidad estas ideas son rechazadas por cualquier investigador serio.
Además de los egipcios, se postuló la llegada de los Fenicios, que habrían navegado hacia el oeste hasta descubrir y colonizar América (Soland 1958), de los Tártaros y aún de las hordas mongólicas de Kublai Kan, los que habrían colonizado el continente, explicándose así la frecuencia de los rasgos mongólicos en la población de América. Uno de los cronistas, el padre García (1607) hizo llegar prácticamente a la mayoría de los pueblos de la antigüedad a descubrir y colonizar el nuevo mundo.
Una teoría sugestiva y mejor sustentada que todas las anteriores con respecto a la llegada de pueblos orientales históricos, esta vez del Extremo Oriente, más cercanos a América, se refiere a la posible llegada de misioneros chinos. Se basa en cierta documentación histórica china donde se relata una leyenda sobre la tierra de Fu Sang, a la que fueron enviados misioneros budistas desde China Imperial. La mayoría de los autores que se han ocupado del tema consideran que ella corresponde al Japón. Sin embargo, algunos han pretendido, aún en nuestros días, identificarla con América (Soland 1958). Tales hipótesis son difíciles de probar, pero tampoco pueden ser rechazadas de plano. Como las anteriores, se aducen posibilidades de naufragios procedentes del continente asiático, lo que ha sido verificado en más de una ocasión en los últimos siglos. Se esgrime también la posibilidad de viajes premeditados de misioneros aprovechando las corrientes oceánicas existentes en el Pacífico Norte, que al igual que las del Pacífico Sur posibilitarían los contactos marítimos con América, como ha sido comprobado por navegantes modernos (Heyerdahal, 1950). Alguien también indicó una flota enviada por Alejandro Magno desde la India en el siglo IV A. C. que habría atravesado el Pacífico (Gladwin, 1947). En la actualidad, algunos tratan de extraer argumentos para reforzar la idea de contactos transpacíficos como los interesantes hallazgos realizados en la cultura de agricultores incipientes y ceramistas de Valdivia, en Ecuador, que parece evidenciar un posible contacto con la cultura neolítica Jomon de Japón, ambas fechadas en el tercer milenio A. C. (Meggers, Evans y Estrada, 1965). Pero, por sobre todo, algunas semejanzas de la cultura Olmeca, en el Golfo de México, con la civilización China (Ekholm, 1964).
La mayoría de estas teorías, con honrosas excepciones, como las dos últimas mencionadas, se fundamentan en la comparación y en el análisis de hechos aislados y simples que no resisten, hasta el momento, una crítica seria y científica. Corresponden en realidad a ese período mitológico y precientífico del americanismo y no pueden ser tomadas muy en serio.

3.- EL MITO DE LA ATLANTIDA

Así como la literatura bíblica sirvió de base para la elaboración de una serie de teorías míticas sobre los orígenes americanos, también la literatura del mundo clásico grecoromano, que junto con la Biblia constituyen una de las bases más sólidas de la cultura europea renacentista y clásica que correspondía al contexto histórico de nuestros cronistas, dio pié para otras teorías mitológicas. En este sentido, la más sugestiva y que más partidarios acuñó fue la del mito de la Atlántida. José Imbelloni (1956) resumió y descalificó brillantemente todas estas hipótesis fantásticas y mitológicas.
Las primeras noticias sobre un desaparecido continente Atlántico provienen del filósofo griego Platón, estas menciones aparecen en dos de sus diálogos: Critias y Timeo donde se indica la leyenda transmitida a los griegos por sacerdotes egipcios, de la existencia de un gran pueblo en un adelantado grado de civilización que habría vivido en tierras más al occidente de las " columnas de Hércules " y por lo tanto en el Océano Atlántico. Encontrándose el pueblo de los Atlantes en condiciones de invadir Egipto y otras regiones del Mediterráneo, sobrevino una catástrofe natural que sepultó en el mar a los pretendidos invasores junto con su propio continente.
Este continente Atlántico desaparecido, conocido y popularizado posteriormente como la Atlántida, ha sido objeto de tenaces búsquedas, produciéndose numerosas conjeturas sobre el destino de sus habitantes. Una de las teorías favoritas de los partidarios de su existencia indica que restos de su población que lograron salvarse emigraron a América, poblando este continente y aportando la civilización de las altas culturas americanas.
Los estudios geológicos muestran que de haber existido la Atlántida sería en el período terciario temprano, o sea unos 50 a 70 millones de años atrás. En esa época no hay trazas siquiera del aparecimiento del hombre sobre la Tierra, ni tampoco de otros antropoides o primates superiores. Por tanto, postular la existencia de algún continente Atlántico en relación con el hombre es completamente irreal y utópico y menos aún lo que se refiere a un grado de cultura avanzada de alguna civilización desaparecida.








Capítulo II
4.- EL AUTOCTONISMO AMERICANO

Afines del siglo pasado (XIX), el sabio argentino y notable paleontólogo Florentino Ameghino, estudiando las formaciones geológicas pampeanas del sur de la provincia de Buenos Aires, creyó descubrir restos humanos muy antiguos y de rasgos muy primitivos asociados a fauna de mamíferos extinguidos, en terrenos del Cuaternario temprano y aún del tardío Terciario. También descubrió una industria Lítica primitiva a la que asignó gran antigüedad. En consecuencia, consideró que estaba en presencia de homínidos muy primitivos de una notable antigüedad que corresponderían a los eslabones perdidos enunciados por Darwin (1859-71) entre los antropoides y el hombre. De ahí desprendió también la conclusión de que el hombre no sólo era originario de este continente, sino el origen de la humanidad misma debía ubicarse y buscarse en las pampas meridionales de América de sur, desde donde se habría difundido hacia el resto de la Tierra.
Carlos Ameghino, hermano del anterior fue su eficiente colaborador que realizó la mayoría de las investigaciones de terreno, quedando de preferencia para su hermano mayor la tarea de gabinete y las elaboraciones teóricas correspondientes
Florentino Ameghino fue maestro primario y se formó posteriormente, de manera autodidácta, como paleontólogo y antropólogo. Su formación profesional sin embargo fue desordenada y adoleció de algunos vacíos; no obstante, llegó a adquirir un gran conocimiento y dominio como paleontólogo de vertebrados y especialmente de mamíferos sudamericanos de los cuales descubrió, con su hermano, varias especies nuevas. Fue autor de una obra monumental sobre paleontología de vertebrados; se preocupa también de paleo-antropología, publicando al respecto su obra básica al respecto (1880) "El origen del hombre en el Río de la Plata" en que planteó sus famosas y discutidas teorías.
En dicha obra y en otros escritos, comunicaciones y polémicas científicas, postuló y defendió apasionadamente sus teorías sobre el autoctonismo del hombre americano y su origen pampeano. Estableció un posible árbol genealógico para éste y que terminaba en el Homo Pampeanus, pasando por el Diprotomo, Triprotomo y llegando hasta el Tetraprotomo Platensis. Toda esta genealogía fue reconstruída a partir de unos pocos hallazgos de restos óseos, aparentemente de fósiles humanoides, entre los cuales, principalmente una calota y un fémur.
No le pareció a Ameghino exagerada su reconstrucción y consideraba su hallazgo semejante y aún más importante que la famosa calota descubierta en Neanderthal, en el sur de Alemania en 1856 y después la calota de Trinil en Java descubierta por Dubois en 1891.
Ameghino era además un decidido partidario y defensor apasionado de las nuevas ideas darwinistas, llegando a fines del siglo XIX a escribir un polémico y original tratado de defensa de dichas ideas (1884). Ameghino fue uno de los pocos y raros científicos que trascendió hacia amplios círculos, inclusive de las propias masas populares y fue además un notable divulgador de la Teoría de la Evolución en el ámbito del incipiente mundo científico e intelectual sudamericano.
En el año 1910, la teoría Autoctonista de Ameghino, que ya había empezado hacía mucho a mostrar sus debilidades, sufrió un golpe mortal que la dejó definitivamente descalificada. Con motivo del Congreso Internacional de Americanistas, realizado en Buenos Aires y La Plata, el sabio checo-norteamericano A. Hardlicka (1912) que vino a este evento acompañado de un grupo de expertos sometió a prueba los hallazgos de Ameghino, comprobando que los terrenos pampeanos pertenecían en su mayoría a un cuaternario tardío y no al terciario, que la famosa calota estuvo mal medida y que ante nuevas y más exactas medidas quedó identificada como perteneciente a un Homo Sapiens relativamente moderno y por último que el famoso fémur no era humano sino que perteneció a un pequeño felino. Igualmente la fauna asociada correspondía a bolsones faunísticos postglaciares. Aunque Ameghino se defendió, no dando su brazo a torcer y muriendo un año más tarde manteniendo aún sus ideas, éstas realmente perdieron toda base objetiva en que pretendían sustentarse. Algunos de los partidarios más recalcitrantes de Ameghino, especialmente en Argentina, han continuado casi hasta nuestros días aferrados porfiadamente a una teoría ya muerta para la ciencia americanista, cuyo certificado de defunción fue extendido en 1910.

Capítulo III
5.- MIGRACIONES ATLANTICAS HACIA AMERICA
Como el descubrimiento de América se produjo por el lado Atlántico, algunos estudiosos se han preguntado que si en el siglo XV de nuestra era América fue descubierta, conquistada y poblada por el lado Atlántico, no es improbable que una situación semejante se hubiese producido antes.
En primer lugar hay que considerar la teoría del poblamiento de Norteamérica realizado cinco siglos antes de Colón por navegantes escandinavos. Esto es un hecho histórico plenamente demostrado en documentos históricos comprobados por la ciencia histórica. La llegada de estos pueblos a Groenlandia fue en el siglo X y en los primeros años del siglo XI al país llamado por ellos Vinland, que corresponde a la costa oriental del Canadá. Si bien en Groenlandia la ocupación se mantuvo durante 300 años, en norteamérica sólo estuvieron algunos años no teniendo relevancia con respecto al problema del origen del hombre americano.

Con respecto a contactos más tempranos, algunos autores han querido establecer relaciones entre los "guanchesli", aborígenes de las Islas Canarias relacionados con el hombre de Cromagnon, y algunos indígenas sudamericanos, basándose en muy débiles semejanzas en las formas de enterramiento.
Una teoría bastante sugestiva ha sido planteada en los últimos años por Greemman en 1963 y se refiere a posibles conexiones entre Europa septentrional y la parte norte de América del Norte a fines de la última glaciación o comienzos del postglacial. Algunos investigadores han llamado la atención sobre la aparente semejanza de ciertos complejos culturales, tanto arqueológicos como etnográficos, entre algunas culturas de finales del Paleolítico Superior europeo y otras del Paleo Indio y de los esquimales. Se trata en especial de manifestaciones de la cultura magdaleniense del norte de Europa que habrían llegado por la misma ruta de los históricos escandinavos del siglo XI, a comienzos del postglacial, poblando el extremo septentrional del Canadá y cuyos descendientes serían los históricos esquimales. A pesar de las pretendidas evidencias de similares rasgos aportados por estos autores, la mayoría de los americanistas han rechazado las evidencias por considerar la base metodológica de muy débil.
Fuera de las mencionadas teorías, ninguna otra, relativamente seria sobre poblamientos provenientes del lado Atlántico, podríamos señalar. Recientemente, Thor Heyerdhal realizó una navegación en un barco de papiro construido sobre modelos del antiguo Egipto, logrando llegar a América desde el norte de Africa, indicando con ello que con muchas dificultades sería posible un viaje de los antiguos egipcios a América; en realidad, sólo demostró la posibilidad de dicho viaje, pero no probó nada más.
6.- MIGRACIONES DEL LADO PACIFICO
En este sentido, la primera y más importante de las teorías modernas es la esbozada por aquel mismo Hardlicka que combatió y descalificó a Ameghino ( Hardlicka, 1932 ).
Hardlicka postula un poblamiento totalmente alóctono para América que habría llegado por la única ruta de la región de Behring en el Pacífico Norte, es decir, a través del propio estrecho de Behring y de la cadena de las Islas Aleutianas poco más al sur. Este movimiento migratorio se habría iniciado recién en el postglacial no más antiguo de unos 10.000 años atrás. Habrían llegado en oleadas sucesivas de pueblos cazadores y recolectores, pero sobre todo agricultores neolíticos, todos pertenecientes a la raza mongólica, los que habrían dado origen a la formación racial de los amerindios de características uniformes y claramente mongoloides, distribuyéndose por todas las Américas.
Esta teoría tuvo una marcada influencia sobre la mayoría de los americanistas en las 4 primeras décadas de este siglo (XX). Hoy día, sin embargo, de dicha tesis no queda en pié más que la ruta misma de migración, la zona de Behring, aceptada unánimemente. Pero ya no es posible sostener el carácter exclusivo mongoloide de los indios americanos; ni su época de arribo al continente, tan tardía y de un período neolítico solamente.
Con Hardlicka se estableció, en definitiva, la procedencia asiática de los amerindios y su llegada por el lado Pacífico.
Paul Rivet (1957), partiendo de las ideas del anterior, aporta nuevos elementos de juicio. Acepta la ruta de Behring como la ruta principal de acceso de los inmigrantes asiáticos, pero no como la única. Acepta también el componente mongólico como el más numeroso e importante, pero no como exclusivo. Igualmente, la época postglacial de las migraciones, postulada por el antropólogo checo-norteamericano le parece apropiada. Sin embargo, Rivet considera que el poblamiento de América es el resultado de varios movimientos migratorios distintos. Además del elemento asiático mongoloide y esquimal llegado por vía Behring, se sumarían oleadas de elementos australianos y malayo-polinesios llegados por vía transpacífica--especialmente en el hemisferio sur--los que incluso serían anteriores a la llegada de aquellos.
Según Rivet (1957), los pueblos australianos podrían haber llegado a Sudamérica por el puente antártico, de acuerdo a la teoría del geógrafo y antropólogo portugués Mendes Correa (1925-28), quien postulaba que en los 6 mil a 2 mil años A. C. habrían retrocedido importantes masas de hielo antártico, dejando libres algunas islas australes y tierras antárticas. Esta migración habría sido posible como producto de una navegación primitiva de isla en isla y orillando las costas antárticas hasta arribar a las islas patagónicas del extremo austral de la América del Sur.
El elemento australoide habría dado origen a algunos grupos raciales de los Fueguinos en el extremo sur y el elemento melanésico a grupos raciales Laguidos. Estas razas americanas serían diferentes a las otras variedades raciales americanas de origen mongoloide y constituirían el estrato más antiguo de los aborígenes, formando lo que Rivet denominó las razas paleo-americanas.
Rivet trae a colación, para afirmar sus tesis, una serie de aparentes similitudes no sólo de rasgos raciales, sino también de rasgos culturales y lingüísticos que probarían el estrecho contacto entre estas áreas separadas por el Océano Pacífico, lo que le permitiría afirmar el origen transpacífico de los pretendidos paleoamericanos.
En la actualidad se considera ya superada la idea de Rivet respecto a la llegada de los australianos por el supuesto puente antártico de Mendes Correa, cuya existencia no se ha podido comprobar científicamente. Por el contrario, hay una carencia absoluta de evidencias arqueológicas y geológicas al respecto. Naturalmente, los restos arqueológicos tendrían que estar en su mayoría sepultados por el mar, aunque no todos. Con respecto a los elementos geológicos, no hay evidencia alguna de plataforma submarina de escasa profundidad, como la existente en la región de Behring. Tampoco hay evidencias concretas con respecto a las fluctuaciones de los niveles marinos o a la existencia de archipiélagos de islas que podrían haber servido a manera de puente, como el de las Aleutianas en el hemisferio norte. De las ideas de Rivet queda en pié solamente la posibilidad de la llegada de poblaciones melanésico-polinésicas por vía transpacifica directa.
Capítulo IV

POBLAMIENTO AMERICANO: BASES CIENTÍFICAS


El poblamiento de América se desarrolló durante el período que la geología a llamado Cuaternario.
Geológicamente, este período se divide en: Plesitoceno y Holoceno. Al Pleistoceno se le denomina la edad de las glaciaciones, con una duración de aproximadamente 3 millones de años; y al Holoceno o Reciente, porque en él vivimos, el período postglacial, a la que los geólogos dan comienzo hace 10.000 años.
Las glaciaciones fueron fenómenos climáticos que modificaron profundamente el relieve continental y los sucesivos cambios del nivel del mar. Para comprender mejor esto los glaciares son masas de hielo que desde la región de las nieves eternas, donde se origina, desciende a niveles inferiores en virtud de un paulatino deslizamiento, formando un verdadero "río de hielo" que se adapta a la mayor parte del terreno por donde se desliza. La progresión de la lengua del glaciar continúa hasta llegar a zonas de mayor temperatura donde lentamente va fundiéndose formando la cabecera de un río o un lago.
La periodicidad de los fenómenos glaciares en el Pleistoceno indica que entre una y otra glaciación hubo épocas de clima más templado, incluso se presentaron épocas en que el clima era como el actual y hasta más cálido durante la cual el glaciar retrocedía quedando libres grandes extensiones continentales que más tarde eran invadidas otra vez al producirse un recrudecimiento del frío y un nuevo avance glaciar.
Fueron estos factores climáticos muy marcados, que se sucedieron a través de prolongados espacios de tiempo, lo que condujo a que se alterase el mundo vegetal y animal, que debió adaptarse a las nuevas formas de subsistencia que la naturaleza le ofrecía.
Durante las épocas de glaciación, lógicamente la masa de agua de los mares se reducía y con ello el nivel descendía en proporción a la masa de hielo sobre los continentes. A fines del Cuaternario, con motivo de la última glaciación de Wisconsin, en el estrecho de Bering, el mar descendió alrededor de 50 metros, a tal punto de que el Viejo Continente (la Siberia Asiática) y el Nuevo Continente (Alaska), quedaron unidos por una llanura de la que sobresalían unas montañas, que ahora son las islas Diómedes. Hace casi 40 mil años, cuando el mar alcanzó su nivel más bajo, entre 100 y 110 metros, afloró una masa terrestre de casi 2,000 kilómetros, de norte a sur, conocida como Beringia, dándose las condiciones óptimas que permitieron el paso a los habitantes del extremo noroeste de Siberia hacia América. O sea, que para estos momentos no se puede hablar de dos continentes separados, sino que están unidos por esta franja de tierra y hielo. Esta vía resulta más viable y lógica; permite un desplazamiento de pequeñas bandas cazadoras, o sea núcleos integrados por hombres, mujeres y niños.
La ubicación de estos grupos humanos en estas áreas, responde a que estas pequeñas bandas de cazadores se desplazan lentamente en busca de aquellos animales que conforman su dieta alimenticia, quienes encuentran la misma situación en ambos lados; las condiciones eran exactamente iguales, presentaba las mismas características en cuanto a clima y recursos explotables. Más que una migración, su ubicación en América (el lado americano de Beringia) debe verse como un lento desplazamiento en habitats similares, en donde estos grupos humanos se habituaron y reprodujeron por espacio de 4,000 años.

Con el retiro de los hielos glaciares, debido al deshielo, las aguas del mar subieron nuevamente de nivel, cubriendo Beringia que fue desapareciendo como territorio. Debido a este fenómeno, las bandas de cazadores quedaron separados totalmente por el mar de Bering, dando lugar a nuevos islotes de individuos. Al cabo de los siglos, ya cuando las condiciones climáticas lo permiten, empiezan a migrar hacia el continente americano; este desplazamiento se observa también al otro lado del Estrecho de Bering, cuyos habitantes regresaban nuevamente después de miles de años, a poblar áreas que antiguamente habían explotado.

Los primeros pobladores de América

El poblamiento de América debe verse dentro de una perspectiva económica, ya que, los grupos que se desplazaban, lo hacían en busca de alimentos y como eran cazadores, tenían forzosamente que seguir los desplazamientos de los animales que formaban parte de su dieta.
La llegada de grupos humanos al continente americano se calcula hace 30.000 o 40.000 años, edad propuesta en base a numerosos hallazgos en la región noroccidental del continente (Estrecho de Bering, Alaska, Canadá y Estados Unidos) que, además, ratifican a Asia como la región de origen de estos pobladores.
Una aproximación cronológica para ubicar en el tiempo el poblamiento del continente americano, son los siguientes hallazgos,: huesos de mamuts enanos que parecen fueron quemados en un fogón, encontrados en la Isla de Santa Rosa frente a las costas del sur de California, datan de 29.000 años (C14). Una tibia de caribú convertida en raspador, encontrada en el territorio del Yukón, Canadá, con una edad de 27.000 años (C14). Un cráneo encontrado en la ciudad de Los Angeles, fechado a través del método de los componentes proteínicos del hueso, con una antigüedad de 23.600 años. Una pelvis de bisonte cortada por un instrumento filoso, encontrada en el sitio American Falls en el estado de Idaho, presenta una fecha aproximada de 30.000 años. Sitios como Lewisville en Texas, dan fechas superiores a 38.000 años.
Estas fechas no son compartidas por muchos investigadores, argumentando la existencia poco confiable del contexto arqueológico, y plantean que los restos humanos más antiguos de Norteamérica, son los pertenecientes a la tradición de caza mayor de las praderas, fechados , por radiocarbono, entre 13.000 y 11.000 años.
Lo que sí es importante hacer notar es que este proceso tardó miles de años, pues los primeros pobladores eran cazadores-recolectores cuyos movimientos son lentos, sobre todo cuando abundan los recursos explotables, y que cuando la presión en la obtención de alimentos se hace sentir, se ven obligados a iniciar su recorrido a lo largo del continente.
Cuando estos grupos empezaron a penetrar hacia el sur, se abrió ante ellos un territorio nuevo, con clima, flora y fauna distinta y desconocidas, a cuya explotación tenían que habituarse.
Estaban organizados a nivel de hordas o bandas, que probablemente consistían en una o varias familias nucleares emparentadas entre sí y sin ninguna otra autoridad formal que la ejercida por el jefe de familia. Las bandas obedecían las órdenes del sujeto reconocido como el más fuerte o más astuto.
Mantenían una cultura material reducida a lo más mínimo, pues había que desplazarse constantemente, en búsqueda del sustento, marchando tras las manadas que huyen de las acciones depredatorias y que suelen migrar con los cambios de estación o debido al clima cambiante.
Por su carácter mismo de nómada, la gente de entonces no llegó a levantar construcciones arquitectónicas. La vivienda dependía más de lo que ofrecía la naturaleza (por ejemplo, cuevas o abrigos rocosos) que de otra cosa.
Las herramientas y las armas empleadas en esa época, estuvieron integradas, en cuanto a forma y función, a la modalidad económica recolectora practicada por entonces para sustentarse. Su manufactura requería de técnicas especiales.
Son conocidos principalmente, los instrumentos de piedra (las hachas, cuchillos, raspadores, y puntas de proyectil o "flechas" como las llamadas Folsom, Clovis y "Cola de Pescado") encontrados con los restos de caza mayor (mamuts, camellos y bisontes).
La técnica básica para elaborarlos era la percusión, mediante la cual se golpea con un martillo pétreo o de otro material, el núcleo de una piedra escogida, a fin de fragmentarla y entonces obtener formas deseadas de las lascas. Esto se lograba mediante retoques a percusión; y también a presión, una variante de desbastar la piedra. Finalmente, los implementos eran afilados, dotándolos de una punta; o se les aserraba en sus bordes.
Había mucha caza menor (venados, caballos, tortugas) y pesca; también la labor de recolección de productos silvestres, como nueces, frutas, granos, huevos, conchas e insectos, frecuentemente era de mayor impacto dietético para el grupo.
FUENTE: Bernardo Berdichewsky: "En torno a los orígenes del hombre americano".