miércoles, 20 de junio de 2007

La encomienda y la evangelización

La encomienda fue una institución socio-económica mediante la cual un grupo de individuos debía retribuir a otros en trabajo, especie o por otro medio, por el disfrute de un bien o por una prestación que hubiese recibido.

En Castilla durante la Edad Media, se trataba de territorios, inmuebles, rentas o beneficios pertenecientes a una orden militar a cuyo frente se encontraba un comendador. Constituyeron auténticas circunscripciones de las órdenes.

En América se constituyó a partir de las Leyes de Burgos como una institución que buscaba limitar los abusos de los españoles sobre la población indígena, se buscaba que el encomendero tuviera obligaciones de trato justo: trabajo y retribución equitativa y que evangelizara a los encomendados. Sin embargo, a partir de la secularización del imperio español, estas obligaciones fueron omitidas transformándose la encomienda en un sistema de trabajo forzado para los pueblos originarios en favor de los encomenderos.

La encomienda fue una institución creada por la Corona española bajo el derecho indiano, que tuvo como objetivo fundamental premiar el servicio de los conquistadores en las nuevas colonias de América, a cambio de la protección y evangelización de sus encomendados. Estos eran grupos de indígenas, en algunos casos muy numerosos, que tenían la obligación de tributar para su encomendero.

La encomienda como institución varió en los distintos países de América Latina donde se aplicó, según las características particulares de cada lugar. La concesión de privilegios, otorgados a partir de 1492, tuvo en sus inicios un carácter hereditario, pero a los pocos años las capitulaciones fueron otorgadas por una o dos vidas y bajo la condición de la confirmación por parte de la Corona.

En Chile la institución de la encomienda, clave en la constitución social del país, se extendió a través de toda la zona central -desde el valle de Aconcagua hasta el río Maule- y en la zona sur, desde Concepción a Osorno. Esta institución, como toda creación histórica, experimentó variaciones a través del tiempo. En un comienzo el sistema fue utilizado en la minería- especialmente en la extracción de oro- sin embargo la decadencia de esta actividad llevó a la ruralización del servicio personal indígena. Al mismo tiempo, una acusada mortandad de la población indígena debido principalmente a las epidemias, redujo considerablemente el número de los indios encomendados.

Durante el siglo XVII, especialmente entre 1600 y 1650, se promulgaron una serie de medidas que tendieron a fortalecer la servidumbre indígena en el campo, así como también la estancia y la hacienda. Sin embargo, ya desde la segunda mitad del siglo XVII se generó, tanto en las colonias como en la metrópoli, un fuerte debate público en torno a la esclavitud que afectaba a los indígenas así como también múltiples denuncias, por parte de los protectores de indios, de maltrato y abuso por parte de los españoles. Durante el siglo XVIII, y principalmente a partir del ascenso de la dinastía borbónica a la monarquía española, comenzó un período de decadencia de la encomienda, hasta su abolición oficial en el año 1791.
Cuando el sistema de encomienda entró en funcionamiento, como la mejor manera de relación dominadores-dominados con la sociedad indígena, se impuso un sistema de dominio colonial adecuado para la obtención de tributos y servicios personales por parte del encomendero.
La encomienda, como aparato organizador de la mano de obra indígena, produjo cambios en la distribución de la población y además el requerimiento de productos(en casos desconocidos por los indígenas) para el abastecimiento de la población.
Este sistema de encomienda trajo consigo la doble finalidad de obtener riquezas e integrar al indígena a la cultura española por medio de la evangelización y la prédica de costumbres cristianas.
Los objetivos del trabajo podrían, de manera general, resumirse en tres: en primer lugar, analizar como influyeron las organizaciones socioeconómicas españolas en la sociedad indígena; en segundo lugar, analizar de qué manera la cotidianeidad se vio alterada ante la inclusión y producción de productos europeos; y por último, ver las maneras en que la cultura española efectivizó su dominio en el aspecto religioso.

La encomienda consistía en la entrega de un grupo de indígenas a un español para su "protección, educación y evangelización" a cambio de cobrar(el encomendero) un tributo. El deber de los encomenderos era entonces instruir al indígena en la fe católica y hacerles hábitos de buenas costumbres:
[...]para que os sirváis dellos conforme a las ordenanzas reales e con que dejéis, a los caciques, sus mujeres e hijos e indios de su servicio, e con que los dotrinéis e hagáis dotrinar en las cosas de nuestra santa fe católica, como Su Majestad lo tiene mandado[...]
En la segunda mitad del siglo XVI, las encomiendas fueron limitadas legalmente a un tributo calculado mediante la multiplicación del número de tributarios por la cantidad que cada uno tenía que pagar. Hacia mediados del siglo XVI, la emigración española hacia el nuevo Mundo alcanzó niveles elevados y de manera acelerada aparecieron pueblos de españoles, generando una demanda de alimentos, en particular aquellos productos que todavía los agricultores indígenas no podían suministrar, como carne, trigo, azúcar y vino.
El proceso de aculturación y la religión católica
Es verdad que los misioneros actuaron a menudo como un freno para la explotación abrumadora, constituyendo una alternativa a los enfrentamientos armados y una posibilidad para el indígena de compartir un dios que lo protegiese de los estigmas de su origen y le brindaran un teórico derecho a la igualdad, pero como siempre, todas estas ventajas ofrecidas al indígena fundamentaron un paternalismo que se aprovechó al máximo por el misionero para generar dependencia, puesto que en sus manos estaba convertir a aquél en un "ser humano" y defenderlo de los excesos de la encomienda, las "rancheadas"(saqueos militares) y el exterminio. O’Gorman afirma: "España no conoció más discriminación racial que la consagrada en un cuerpo de disposiciones paternales y protectoras del indio contra la rapacidad y el mal ejemplo de los españoles, y si esas medidas no dieron el fruto esperado, debe reconocerse el propósito del intento que, a pesar de todo, no dejó de cumplirse de cierta manera en el mestizaje"(1992, pp.154). Los esfuerzos que se hicieron por "evangelizar" a los habitantes del suelo americano no alcanzaron, hubo mucha resistencia, por parte de estos, en aceptar "verdaderamente"(si se permite la expresión) esta nueva creencia. Amadeo Frezier considerada."La religión cristiana, que se les hizo abrazar, todavía no ha arraigado bien en el corazón de la mayoría de ellos, donde conservan una marcada inclinación por su antigua idolatría; con frecuencia se descubre que aún adoran a la divinidad de sus mayores, es decir, el sol; sin embargo, son naturalmente dóciles y capaces de aprender lo bueno en cuanto a costumbres y religión, si tuviesen buenos ejemplos ante sus ojos; pero como se los instruye mal y como, por otra parte, ven generalmente que quienes les enseñan desmienten con sus actos lo que dicen por la boca, no saben qué deben creer. En efecto, cuando se les prohíben las mujeres y ven que el cura tiene dos o tres, deben sacar como consecuencia natural, o bien que éste no cree lo que dice, o bien que transgredir la ley es un pequeñísimo pecado".
Digamos entonces que, mas allá de los objetivos redentores declarados, la consecuencia del desmantelamiento de las culturas propias es la resignada sumisión del indígena y su integración, siempre degradada, al modelo de civilización occidental. Podríamos decir que España bajó toda una cultura, una cosmovisión que entró en guerra con las culturas locales. No se detuvo, siguió su camino y no le interesó integrar todas las culturas de ese Nuevo Mundo, desconocido y profundo.


La encomienda como tal

La encomienda fue una institución característica de la colonización española de América y Filipinas, que establecía, entre otras cosas, un sistema de trabajo forzoso o no libre. Jurídicamente fue establecida como un derecho otorgado por el Rey en favor de un súbdito español (encomendero) con el objeto de que éste percibiera los tributos o los trabajos que los súbditos españoles indígenas debían pagar a la monarquía. A cambio, el encomendero debía cuidar del bienestar de los indígenas en lo espiritual y en lo terrenal, asegurando su mantenimiento y su protección, así como su adoctrinamiento cristiano.

Los tributos indígenas (que podían ser metales, ropa o bien alimentos como el maíz, trigo, pescado o gallinas) eran recogidos por el cacique de la comunidad indígena, quien era el encargado de llevarlo al encomendero. El encomendero estaba en contacto con la encomienda, pero su lugar de residencia era la ciudad, bastión neurálgico del sistema colonial español.

La encomienda fue una institución que permitió consolidar la dominación del espacio que se conquistaba, puesto que organizaba a la población indígena como mano de obra forzada de manera tal que beneficiaran a la corona española. Se establecieron el 20 de diciembre de 1503 en la real Provisión.

Supuso una manera de recompensar a aquellos españoles que se habían distinguido por sus servicios y de asegurar el establecimiento de una población española en las tierras recién descubiertas y conquistadas. Inicialmente tuvo un carácter hereditario, posteriormente se otorgó por tiempo limitado.

La encomienda de indios procedía de una vieja institución medieval implantada por la necesidad de protección de los pobladores de la frontera peninsular en tiempos de la Reconquista. En América, esta institución debió adaptarse a una situación muy diferente y planteó problemas y controversias que no tuvo antes en España.

Si bien los españoles aceptaron en general que los indígenas eran seres humanos, los definieron como incapaces que, al igual que los niños o los discapacitados, no eran responsables de sus actos. Con esa justificación sostuvieron que debían ser "encomendados" a los españoles. Algunos historiadores sostienen que los encomenderos abusaron laboral y sexualmente de sus encomendados y encomendadas, en tanto que otros sostienen que los excesos no fueron generalizados y que las indígenas mantenían relaciones sexuales voluntarias con los encomenderos.

La encomienda también sirvió como centro de aculturación y de evangelización obligatoria. Los indígenas eran reagrupados por los encomenderos en pueblos llamados "Doctrinas", donde debían trabajar y recibir la enseñanza de la doctrina cristiana a cargo generalmente de religiosos pertenecientes a las Órdenes regulares. Los indígenas debían encargarse también de la manutención de los religiosos.

Las constantes denuncias frente al maltrato de los indígenas por parte de los encomenderos y el advenimiento de la llamada catástrofe demográfica de la población indígena, provocaron que la encomienda entrara en crisis desde finales del siglo XVII, aunque en algunos lugares llegó a sobrevivir aún hasta el siglo XVIII. La encomienda fue siendo reemplazada por un sistema de esclavitud abierta de personas secuestradas en Africa y llevadas forzadamente a América.

Jurídicamente estuvo regulada por las Leyes de Burgos (1512 y 1513) y fue modificada por las Leyes Nuevas (1542). Fue abolida en 1791.

La crítica de Bartolomé de Las Casas a este sistema hizo que los monarcas limitaran las acciones de estos encomenderos, aboliendo la esclavitud de los indios en 1542 con las Leyes Nuevas. ademas se`puede tratar de mecanismos que se obtenia una renta del trabajo


La colonia en Chile

Capitanía General de Chile
El Reino de Chile (Reyno de Chile), también conocido como Capitanía General de Chile, fue un territorio perteneciente al Imperio Español entre 1541 y 1818, año en el cual se independizó, convirtiéndose en el núcleo de la actual República de Chile. Su capital era la ciudad de Santiago de Nueva Extremadura.

Límites
Máxima extensión de la Capitanía durante el siglo XVI
La Capitanía General se ubicaba en el borde suroccidental de América del Sur junto al Océano Pacífico y en sus inicios abarcaba también el extremo sur de la Patagonia oriental desde el límite austral de la Gobernación del Río de la Plata en el meridiano 48° 21’ 15’’ de latitud sur, establecido por la Real Cédula del 1 de junio de 1570, de la que estaba separada por la cordillera de los Andes. Su límite septentrional era el desierto de Atacama y el meridional era la zona al sur del Estrecho de Magallanes y el Cabo de Hornos, hacia la Terra Australis Incognita (Polo Sur).
El área de control efectivo del territorio, donde se encontraban los mayores núcleos poblaciones, se ubicaba en la zona occidental de la Cordillera de los Andes entre el desierto de Atacama y el río Biobío, conocido como La Frontera, además de la ciudad-fuerte de Valdivia, la Isla Grande de Chiloé, además de las provincias de Tucumán y Cuyo, al oriente de la cordillera (separadas en 1563 y 1776, respectivamente).

Historia
El conquistador español Pedro de Valdivia llegó a las tierras del centro de Chile y fundó, el 12 de febrero de 1541, la ciudad de Santiago de Nueva Extremadura. Uno de los primeros hechos fue la fundación del cabildo que lo proclamó como Gobernador del Reyno de Chile, bajo la tutela del gobernador del Perú Francisco Pizarro.
El el año 1544 mandó a fundar la ciudad de La Serena, y posteriormente, Valdivia extendió la Conquista de Chile hacia el sur, fundando diversas ciudades: Concepción en 1550, La Imperial en 1551, Villarrica y Valdivia en 1552, Los Confines y los fuertes de Arauco, Purén y Tucapel en 1553. Al otro lado de la cordillera, Valdivia ordenó la fundación de Santiago del Estero en Tucumán. Otras ciudades fundadas durante los primeros años de la Gobernación fueron: Mendoza en 1561, San Luis, San Juan en 1562, Cañete, Castro en 1567 y Osorno en 1558.
En 1591, los mapuches se levantan y se produce el Desastre de Curalaba, lo que casi acaba con el intento de colonización de Chile. Las ciudades al sur del Biobío son destruidas, a excepción de Castro y se establece este río como límite de facto entre la colonia española y los indígenas. En 1684 se refundó Valdivia y un siglo más tarde se creó la Intendencia de Chiloé que dependía directamente de Lima. La Guerra de Arauco tendría, a lo largo de la colonia, diversas etapas de alta beligerancia y otras más pacíficas.
En 1810, el gobernador Mateo de Toro y Zambrano presentó su renuncia y se formó la primera Junta de Gobierno, iniciándose la Patria Vieja. Entre 1814 y 1818, se reestableció el poder realista en el territorio durante la Reconquista, hasta la independencia definitiva de Chile.

Organización Al frente de la capitanía se encontraba el gobernador y capitán general, asesorado por la Real Audiencia, presidida por el mismo gobernador (razón por la cual se le denominaba indistintamente presidente o gobernador). La Audiencia, además de servir de órgano consultivo del gobernador, tenía las funciones de tribunal de apelaciones del reino.
Como toda capitanía general, Chile era una zona especial de administración, pero en base al sistema de control recíproco de las autoridades, el rey Felipe II sujetó al gobernador a la vigilancia del virrey del Perú, al expresar en una real cédula del 21 de enero de 1589: "Que el Governador de Chile esté subordinado al Virrey de Lima, y le correspondan en las materias de su cargo" y debía "guardar, cũplir, y executar sus ordenes, y avisarle de todo lo que allí se ofreciere de consideracion". A partir de dicha norma, los virreyes entendieron que la relación entre ambos era de efectiva dependencia, sin embargo, en algunos casos la relación del gobernador fue directa con el rey y en otras pasó por el virrey del Perú. La base de la relación es la real cédula antes mencionada, no obstante, hubo otras posteriores que perfilaron el tipo de relación efectiva entre la capitanía y el virreinato. Por ejemplo, mediante real cédula, se autorizó a los virreyes a intervenir en Chile sólo en caso "alboroto y tumulto"; se facultó a los virreyes a poner en práctica estrategias militares en la guerra de Arauco (guerra defensiva) y después se ordenó directamente al gobernador de Chile a implantarlas (guerra ofensiva). También se facultó a los virreyes para remover al gobernador y posteriormente, se negó tal atribución.
La Recopilación de Leyes de Indias de 1680, en la Ley XXX (Que el Virrey del Perú y Audiencia de Lima no se entrometan en el govierno de Chile, si no fuere en casos graves, y de mucha importancia) del Título III (De los Virreyes, y Presidentes Governadores) del Libro III, recoge el contenido de una real cédula del rey Felipe III, de 15 de octubre de 1597, que establecía que "Es nuestra voluntad, que los Virreyes del Perú, y Audiencia de Lima no impidan, ni embaracen al Presidente Governador y Capitan general de Chile en el govierno, guerra y materias de su cargo, si no fuere en casos graves, y de mucha importancia, aunque esté subordinado al Virrey, y Governador de la Audiecia de Lima"[1].
Respecto a los recursos militares (armas, soldados, etc.) y el abastecimiento comercial, la capitanía dependió del virreinato. La administración de justicia de la capitanía era autónoma del virreinato, salvo respecto de la Inquisición, que correspondía a un delegado de Lima, y los juicios de comercio que dependieron del Consulado de Lima hasta 1795, fecha en la se crea un Consulado en Santiago. En lo gubernativo la relación fue fluctuante, dependiendo del periodo, las instrucciones que enviaba el rey e incluso las personalidades de las respectivas autoridades (virreyes y gobernadores) y no hubo nunca una anexión formal de la capitanía al virreinato. Además, en ciertos periodos, por cuestiones estratégicas de seguridad del virreinato — por ejemplo, ante amenazas de corsarios— los virreyes intervinieron directamente en el gobierno de Chile, incluso por propia iniciativa. Asimismo, algunos gobernadores acostumbraron consultar o pedir instrucciones sobre temas urgentes al virrey, por la gran distancia que los separaba del rey, que se encontraba en España.
Finalmente, en 1798, a propósito de una disputa entre el virrey O'Higgins y el gobernador Avilés, el rey Carlos IV resolvió en una comunicación dirigida al virrey, el 15 de marzo de aquél año, declarar a Chile "independiente de ese virreinato, como siempre debió entenderse".


La Colonia


La Colonia es el nombre dado al periodo de la historia de Chile que comprende los siglos XVII, XVIII y los primeros años del siglo XIX. Este periodo comienza una vez finalizado el periodo de la Conquista de Chile y finaliza al realizarse la primera Junta de Gobierno.
Durante este periodo Chile estuvo bajo la soberanía de España, su Metrópoli. Esta época se caracterizó por:
La creación de una organización institucional muy compleja;
El mestizaje y el sincretismo cultural.

Administración colonial

Desde España el máximo soberano de las colonias era el rey, la cabeza de una monarquía absoluta, bajo su mando habían dos instituciones: el Consejo de Indias y la Casa de Contratación. El Consejo de Indias era un organismo ubicado en Madrid, creado en 1524. Su función era asesorar al rey en el nombramiento de funcionarios destinados a América y en la creación de leyes; ejercer como máximo tribunal de justicia para América; vigilar la aplicación del derecho a patronato (Derechos del estado por sobre la iglesia católica para el nombramiento de autoridades eclesiásticas y definir lugares para construir templos, monasterios, etc.) y realizar juicios de residencia (evaluación que se hacía a todos los funcionarios de américa al terminar su mandato). La Casa de Contratación era un organismo creado en 1503, en Sevilla. Se encargaba del comercio, de supervisar el monopolio comercial que España tenía sobre Chile y sus otras colonias y de vigilar la llegada de colonos a América.
En América el máximo representante del rey era el Virrey, quien tenía atribuciones judiciales y administrativas, bajo su mandato estaban gobernaciones y capitanías generales. El virreinato bajo el cual estaba la Capitanía General de Chile era el de Perú. El gobernador a cargo del reino de Chile tenía funciones gubernativas, militares y económicas. Su deber era velar por la seguridad del territorio y ejercer el vicepatronado(ejercía el derecho a patronato en situaciones más cotidianas). También, se encargaba de presidir la Real Audiencia, máximo tribunal de justicia en territorio chileno. Este organismo era el consejo asesor del gobernador, y podía ejercer su cargo momentáneamente si él moría o renunciaba. Además de él, participaban cuatro oidores, quienes se encargaban del cumplimiento de las leyes indígenas. Por la división del territorio en provincias, se necesitaba a alguien que se hiciera cargo de ellas: el corregidor, quien tendría las mismas atribuciones que el gobernador pero en un territorio más reducido. Y por último estaba el cabildo, grupo que representaba y defendía a los vecinos españoles. Su rol era preocuparse por el aseo y ornamento de la ciudad; de la salud pública e instrucción primaria y del abastecimiento de alimentos.

Cambios políticos del siglo XVIII
Felipe V o de Anjou, primer rey Borbon
En el siglo XVIII España cambió de casa dinástica, ya no eran los Hasburgos quienes reinaban, eran los Borbones Ellos hicieron muchos cambios para intentar mejorar el sistema colonial, basados en el despotismo ilustrado, los cuales podemos clasificar en:
Económicos: Para el buen funcionamiento del monopolio comercial se necesitaba terminar con el contrabando, por lo que los Borbones abren más puertos, como el de Valparaíso y Talcahuano, aumentando la variedad de productos y permiten el comercio entre colonias, antes prohibido.
Administrativos: Para hacer más eficiente el gobierno los Borbones deciden crear unidades políticas y administrativas más pequeñas. Por lo que surgen las intendencias, división de las capitanías generales, entre ellas la de Concepción y Santiago. Además, con el mismo fin se fundan ciudades, como Rancagua y Talca.

La iglesia en la colonia

Durante esta época su poder era muy reducido, ya que la Corona Española conquistó América con la misión de evangelizar, por lo tanto, asumió ciertos derechos sobre la Iglesia, que en España contaba con un gran poder y en Europa en general, para poder cumplir su rol. Entre ellos, el derecho a Patronato. Éste consistía en una serie de atribuciones que el rey de España tenia sobre la administración de la Iglesia entre los cuales le permitía a la corona nombrar autoridades eclesiásticas y elegir los lugares para construir templos, monasterios y escuelas a cargo de la iglesia, la recaudación y administración del impuesto que recibía la Iglesia (diezmo) y el derecho exequator, que le permitía autorizar o rechazar el paso a América de decretos papales. Pero aún así conservaron cierta influencia en la evangelización y en la educación. Las principales órdenes religiosas que se preocuparon por esos fines fueron: franciscanos, dominicanos y jesuitas. Estos últimos se destacaban por la preparación de sus miembros, su importante rol evangelizador, sus riquezas, sus tierras y su producción. Pero en 1767 la Corona los expulsa de América debido a algunos conflictos que se habían desarrollado entre ellos y las otras órdenes religiosas.

Estructura social

A la cabeza de la rígida estructura social estaban los españoles, grupo minoritario de la sociedad colonial, pero dominante de la aristocracia. Ellos ocupaban importantes cargos públicos y del ejército. Sus descendientes en estado puro (y legítimos) se llamaban criollos, también, gran parte de ellos, de la aristocracia. Estos eran los dueños de las tierras y dominaban la mayoría de las actividades productivas. Algunos integrantes de este grupo con fuerte poder socio-económico, pero no político, lograban ocupar cargos públicos, pero de mediana o poca importancia. Al terminar el período de la Colonia, la mayor parte de este grupo era de origen septentrional (castellano y vasco principalmente). Debajo de esta aristocracia (de origen español septentrional) se encontraba una incipiente "clase media", principalmente de origen español meridional (andalúz y extremeño principalmente). El grueso de la población colonial eran mestizos, nacidos de relaciones español-indígena o criollo-indígena, aunque al avanzar el período colonial, y con la extinción de los indígenas en las áreas bajo dominio español, sigue su curso el proceso de mestizaje, esta vez entre blancos y mestizos (aumentando así el porcentaje de sangre española en la población que habitaba estas áreas). Los mestizos trabajaban en diversas labores, como artesanos, militares de bajo rango, comerciantes, etc., aunque principalmente en la agricultura (como mano de obra, a través del "inquilinaje", institución que a su vez reemplazó a las "encomiendas" debido a la extinción de los indios en las áreas bajo dominio español). Por la inexistencia de una legislación que los protegiera, a pesar de ser libres, eran fuertemente discriminados, por lo que no participaban en actividades políticas ni administrativas. Los indios (también llamados "naturales") eran considerados menores de edad, por lo que existía una legislación que, a diferencia del grupo anterior, los protegía. Pero a pesar de eso no fueron muy respetados ni tuvieron derecho a participación política. Al llegar el siglo XVIII se produjo su extinción en las áreas bajo dominio español. El único grupo en la escala social que estaba más abajo que ellos, pero en presencia muy reducida, eran los esclavos negros, quienes se encargaban de los trabajos domésticos. Al terminar el período colonial, los negros en estado puro o casi puro representaban un pequeñísimo porcentaje de la población, no tanto así los "pardos" (mulatos y zambos).

Guerra de Arauco

Artículo principal: Guerra de Arauco
Esta guerra comenzó en 1598 con un periodo llamado La Mano Dura. Esta etapa se inicia con la realización un alzamiento indígena, en el cual se toman siete ciudades australes. Como respuesta, los españoles empiezan una guerra despiadada y violenta contra los indígenas, tomando la medida de esclavizar a los indios rebeldes. En 1605 la Corona determina el fin de la esclavitud, pero en 1608, Felipe III permite la esclavitud de los indios cogidos en guerra. En 1612 termina esta etapa dando inicio a La Guerra Defensiva. El jesuita Luis de Valdivia fue asesor del gobernador García Ramón. Juntos intentaron suprimir el servicio personal de indios pacíficos. Por su fracaso, el jesuita elaboró un plan de guerra defensiva, que consiste en: suprimir la esclavitud; reconocer la independencia del pueblo Mapuche, con el río Bio-Bio como frontera y solo los sacerdotes en misión evangelizadora pueden traspasarla. El consejo de Indias aprobó esta propuesta y la guerra se transformó en defensa de la frontera. Pero muchos sacerdotes fueron asesinados por el rechazo departe de los indígenas a la iglesia católica, por lo que dejó de utilizarse este sistema, decisión tomada por el nuevo rey: Felipe IV. En 1625, con el término de esta etapa comenzó otra: El Regreso de la Mano Dura. El nuevo monarca restableció la esclavitud de indios rebeldes que no entregaran las armas en 2 meses, retomando la violencia inicial sin favorecer considerablemente a ningún bando. En 1639 el Marqués Baides asumió el gobierno de Chile y decidió buscar la paz mediante Los Parlamentos. Estás juntas entre caciques y gobernadores se hacían periódicamente en tierra neutral, donde pactaban condiciones para el fin de la guerra, evitando alzamientos generales. En 1655 por la deshonestidad de un gobernador, se produce un alzamiento indígena, que marca el comienzo de La Guerra Estabilizada. Durante este periodo la guerra está en empate, debido a disminución del número de indígenas, la decadencia del espíritu guerrero y al cambio de mentalidad de los bandos (españoles prefieren comercializar que luchar con el enemigo e indígenas hacen solo ataques sorpresivos para destruir, robar y capturar). En 1674 ocurre la abolición de la esclavitud, de a poco, las relaciones fronterizas se hacen más coordiales, hasta que en 1700 se termina la guerra.

Economía colonial

En los inicios de la colonia, en el siglo XVI la economía se basaba en la Encomienda. Este sistema consistía en que a un encomendero se le asignaban un grupo de indígenas que trabajaban para él y defendían el territorio de la Corona. A cambio, el encomendero les daba protección, evangelización, vestuario y alimento. Por la progresiva disminución de indígenas este sistema ya no era sustentable, por lo que La Hacienda, en el siglo XVII, se transforma en la base de la economía rural. Estos grandes terrenos, en que se realizaban actividades agropecuarias, tenían talleres para la fabricación de los elementos que necesitaban, por lo que la hacienda era capaz de autoabastecerse. El hacendado, generalmente criollo, estaba a cargo de su hacienda. Él se encargaba de contratar inquilinos y peones como mano de obra. Los primeros trabajaban en faenas productivas y protegían los límites del territorio, a cambio, recibían una tierra para vivir, cultivar y criar ganado. Los segundos, solían vagabundear por los campos, buscando trabajo en las haciendas durante los tiempos de cosecha.
En el siglo XVI el mercantilismo, sistema económico optado por la Corona, fomentó la minería, específicamente, la obtención de metales, para poder enriquecer a la Metrópoli. Se encontraron numerosos lavaderos de oro en diferentes lugares de Chile, pero a finales de la 1580, las minas se comienzan a agotar y además, por la disminución indígena, se produjo falta de mano de obra, por lo que la producción decae. La explotación de cobre en (Copiapó y Aconcagua), oro y plata continúa, pero en mínimas proporciones, utilizándose para fabricar monedas, vajillas, joyas, cañones, campanas y utensilios domésticos.
En cuanto a la actividad agrícola-ganadera, en el siglo XVI era bastante avanzada, se cultivaba papa, maíz, quinoa y zapallo, y habían caballos, vacuno y chancho, animales agregados por el español, como ganado. En el siglo XVII y XVIII la ganadería y su industria adquiere mayor importancia. Además, aumenta la producción de trigo y cereales para abastecer al mercado peruano. Con al aprobación de la ley de liberación de impuestos al trigo y harina, se fomentó la exportación.

Importantes gobernadores En el siglo XVIII Chile tuvo importantes gobernadores, muchos de los cuales llegaron a ser virreyes de Perú. Por ejemplo, el irlandés Ambrosio O'Higgins. España lo había enviado a América para asumir varios cargos menores, hasta que en 1787 se transformó en gobernador de Chile. Se destacó por ser el mayor representante en Chile del despotismo ilustrado; eliminar al Encomienda, en 1789; construir muchas obras públicas, como el camino de Santiago a Valparaíso y los tajamares del río Mapocho; avanzar la construcción de La Moneda y embellecer a Santiago. Durante una relación pasajera con Isabel Riquelme, Ambrosio tiene a un hijo llamado Bernardo O'Higgins, quien será un líder independentista durante su virreinato.